Haití superó el pico de contagios de coronavirus a finales de mayo y el ritmo de nuevas infecciones está disminuyendo, informaron este lunes fuentes oficiales.
El director de epidemiología en el Laboratorio Nacional, Patrick Dely, dijo en una rueda de prensa que desde finales de mayo se ve una «tendencia a la baja» en el número de contagios.
«No hemos tenido tantas muertes o casos graves como habíamos esperado», dijo el doctor Dely, señalando que la virulencia de la COVID-19 ha sido menor en Haití que en otros países.
No obstante, el funcionario alertó de que todavía «hay una fuerte transmisión de persona a persona» y se registra «una rápida expansión geográfica de los casos», que inicialmente estaban concentrados en Puerto Príncipe.
Haití registra 4,309 contagios confirmados y 73 fallecimientos por la enfermedad, de la que se detectaron los primeros casos el 19 de marzo pasado, según el boletín oficial más reciente, publicado el domingo por el Ministerio de la Salud.
En la última jornada, se registraron 144 casos nuevos de coronavirus, según las estadísticas oficiales.
No obstante, el doctor Dely reconoció que «no es un secreto» que el país está haciendo pocas pruebas y argumentó que es «extremadamente difícil» encontrar test PCR en el mercado.
El Gobierno haitiano cerró la frontera con la República Dominicana y suspendió todos los vuelos con el extranjero el pasado 17 de marzo, antes de registrarse el primer contagio del virus.
Además, desde entonces ha impuesto el toque de queda, el cierre de empresas y posteriormente, se han aplicado otras medidas como el uso obligatorio de mascarillas en la calle.
Sin embargo, la economía informal, de la que depende la gran mayoría de la población haitiana, ha continuado su normal funcionamiento en estos meses.
Haití, el país más pobre de América, por el momento cuenta con cinco centros médicos habilitados para tratar pacientes de la COVID-19, según datos de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
El pasado 15 de mayo llegó al país el primer cargamento de material médico comprado por el Gobierno, pero todavía hay carencia de equipos de protección, oxígeno, camas dedicadas, materiales para pruebas de laboratorio, según la OCHA.