SAN MARCOS, Guatemala (AP) — Numerosos guatemaltecos, temerosos de posibles réplicas, se congregaron envueltos en frazadas en las calles frías y oscuras de la localidad montañosa de San Marcos en la madrugada del jueves, un día después de ser azotados por un fuerte sismo que dejó al menos 48 muertos y decenas de desaparecidos.
Otras personas se concentraron en el hospital de San Marcos, el único edificio que continuó con electricidad luego del temblor.
Las cuadrillas de rescate trabajaron durante la noche en San Marcos buscando entre los escombros a posibles sobrevivientes u otras víctimas fatales por el sismo que con una magnitud de 7,4 sacudió el miércoles la frontera de Guatemala con México.
En el poblado de San Cristóbal Cochu, los bomberos se concentraron en una casa derrumbada con la intención de rescatar a 10 miembros de una familia, incluido un menor de 4 años, que fueron sepultados por los escombros, informó el vocero Ovidio Pérez a la radio Emisoras Unidas.
Los voluntarios con botiquines comenzaron a llegar en la noche del miércoles a la zona, en el occidente de Guatemala.
Eblin Cifuentes, un estudiante de derecho de 26 años de edad, y un grupo de sus compañeros de clase recaudaban suministros médicos como parte de una campaña escolar para suministrar ayuda al único hospital de San Marcos, que se encuentra en una zona pobre de granjas de subsistencia habitada en su mayor parte por indígenas. Cuando ocurrió el temblor, el grupo decidió llevar todo lo que habían obtenido.
“Gracias a Dios nada nos ocurrió, y por eso tenemos que salir a ayudar”, dijo Cifuentes.
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La periodista de Associated Press Sonia Pérez Díaz reportó en San Marcos y Romina Ruiz Goiriena informó desde la Ciudad de Guatemala.