El grupo yihadista Estado Islámico (EI) cumplió ayer su amenaza de asesinar al periodista japonés Kenji Goto, pero no aclaró el paradero del piloto jordano de la coalición internacional, Muaz Kasasbeh, a quien también mantiene como rehén.
Tras once días de incertidumbre y tensas negociaciones entre el grupo radical y los gobiernos de Japón y Jordania, el EI ha optado por decapitar a Goto. En un vídeo de un minuto de duración, dirigido al Gobierno del primer ministro japonés, Shinzo Abe, aparece Goto arrodillado, esposado y vestido con un mono naranja a imitación de los uniformes de los presos de la cárcel estadounidense de Guantánamo.
En un paisaje rocoso, junto a él aparece su verdugo, aparentemente el mismo que ha degollado a varios rehenes occidentales. El asesino, zurdo, se dirige en inglés a la cámara en un discurso en el que critica a Japón por participar en la coalición contra el EI y en el que dice que a partir de ahora comienza “la pesadilla para Japón”.