“¿Para qué querrá un buzón Machado?”, preguntó Joan Manuel Serrat en una ocasión. Y lo tiene, al costado derecho de la tumba en la que yacen sus restos; Antonio Machado tiene un buzón. Quien quiera puede escribirle indicando en un sobre, o en el reverso de una postal, las siguientes señas: Antonio Machado. Cementerio de Collioure. P.O. Box 66190, Collioure (Francia). “¿Para qué querrá un buzón Machado?”, preguntó Serrat. Como aquellos que en otro tiempo preguntaron: “¿Para qué querrá Machado que canten sus poemas?”. ¿Querrá?
“Golpe a golpe, verso a verso”, Serrat tomó el testigo de Antonio Machado. Dedicado a Antonio Machado, poeta fue la primera apuesta discográfica en la que Serrat sonaba, íntegramente, en castellano; once poemas de Machado óexcepto Retrato y Las moscas, originalmente adaptados por Alberto Cortezó que el cantautor catalán sometió a modificaciones mínimas. La hazaña: musicalizarlos sin trastocar su métrica. Sólo una de las canciones óEn Collioureó es una composición que Serrat incluye en el disco como homenaje personal al poeta sevillano.
Corre el año 1969. El joven Serrat tiene veinticinco años cuando, en un acto cargado de simbolismo, decide visitar Collioure, pueblo costero del sur de Francia que acogió a Antonio Machado durante los últimos días de su vida. Destino de peregrinaje para los antifascistas que resuelven, como pueden, la desesperación. A Serrat lo impresiona la gran losa de granito. Dice que es como “un templo expiatorio”, cubierto de recuerdos, de poemas en frascos de cristal óaún no existía el buzónó, de flores naturales y de plástico. Ese será un año de acontecimientos importantes en la vida del cantautor: nace su primer hijo y, en primavera, los versos cantados de un poeta censurado por la dictadura franquista alcanzan en su voz ótambién censurada por la dictaduraó una popularidad insospechada. La apuesta de Serrat pasa, haciendo caminos sobre los mares, dejando una huella perdurable, no sólo en España, también en América Latina. El fenómeno desconcierta a los incrédulos. Los versos de Machado y los compases de Serrat ócon la colaboración del arreglista Ricardo Mirallesó se cuelan en las listas de éxitos, se contagian, se quedan en la memoria colectiva de la gente. Serrat canta a Machado y el público lo sigue, “golpe a golpe, verso a verso”.