Los partidos Revolucionarios Dominicano y Moderno acaban de definir las pautas generales de lo que será el resto de su campaña electoral.
Ambos partidos han iniciado una especie de “Golpe a golpe” respecto a la sustracción de sus dirigentes.
Ha ocurrido así en los casos de San Francisco de Macorís, Higuey, Santo Domingo y La Vega.
Tengo entendido que en Santiago podría ocurrir lo mismo en cualquier momento, debido a una serie de situaciones internas.
Quien llevaría de la perder
Si el PRM y PRD se van a dedicar a esa tarea, hay que advertir a los dirigentes del PRM que llevan la perder.
Las circunstancias que rodean a esas juramentaciones o sustracciones, regreso o como ellos quieran llamarle son las mismas, están motivada sobre un mismo y fundamental problema que es la insatisfacción.
Hay muchos dirigentes insatisfechos en las dos organizaciones políticas. Y esas debilidades, más la intensa labor de cabildeo van a dar como resultado lo que ya se aprecia.
La naturaleza del dirigente de este tiempo
No se puede generalizar en nada. Es necesario ser lo más preciso posible. En todos los partidos hay gentes de todas las calañas, buenas, malas y regulares.
Sin embargo, la inmensa mayoría de las personas que ingresan a los partidos o que están en ellos ahora, andan buscándosela bajo el lema “dame lo mío”.
La campaña electora es su zafra, su cosecha, entonces van movido por la necesidad de recoger, lograr movilidad social y económica y no otra cosa.
Desde esas tristes perspectivas, a la mayoría no les importa el Poder sino recoger lo que puedan. Cuando un Partido carece de vocación de Poder, entonces, una gran parte de sus dirigentes se posiciona en la necesidad de buscarse en lo inmediato y se colocan en una especie de agentes libres en el mercado.
El Clientelismo
En medio de ese mercado clientelar que ha caracterizado la actividad política de los últimos años, la falta de formación política y el desparpajo a que empuja el manto de impunidad en materia de corrupción y delitos de todas las categorías, dan un coctel muy peligroso y explosivo.
Si no hay ideología, sino hay formación, si el dirigente no avanza en función de sus méritos y cualidades, entonces, el clientelismo lo copa todo.
Una guerra clientelar
Una Guerra clientelar es lo que se está desatando y en ese terreno, no hay nada bueno para la oposición. La van a avasallar, la van humillar.
Al poder no se les puede seguir el juego, la política es de estrategias, igual que lo son las guerras.
Si lucha contra un enemigo, más poderoso, tiene que cuidar tus estrategias para enfrentarlo.
En las guerras, los estrategas recurren a la guerra irregular, a llevar el enemigo al terreno más incomodo de luchar, a las emboscadas. Lo correcto es luchar en el lugar donde tú elija y no dejar que el enemigo elija por ti.
El PRM está luchando en terreno que el Gobierno y sus aliados quieren. El PRM está disperso y está desperdiciando el mejor tiempo. Esos errores lo pueden pagar muy caro sino corrigen a tiempo.