Las autoridades municipales, encabezadas por el alcalde, Ulises Rodríguez, y la regidora Amarilis Baret, presidenta de la Comisión de Género, rindieron honores ayer a las Hermanas Mirabal, símbolos de coraje, valentía y del amor patrio en la lucha contra la cruel dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, en el contexto de la conmemoración del “Día de la Eliminación de la Violencia contra la mujer”.
El homenaje se inició a las ocho de la mañana con una ofrenda floral en la tarja de Patria, Minerva y María Teresa Mirabal y luego con una conferencia en el Salón Juan Pablo Duarte de la corporación edilicia, en la cual se convocó a la reflexión para adquirir conciencia sobre la importancia de ejercer una ciudadanía responsable y asumir el compromiso de emprender acciones por la libertad, justicia social, igualdad y el respeto a la vida de las mujeres.
Durante la actividad central de la ceremonia, la presidenta de la Comisión de Género de la Sala Capitular, magíster Amarilis Baret, pronunció el discurso de orden y valoró los aportes de las “Mariposas de Salcedo”, en la consecución de la liberación del país del yugo de la tiranía más sangrienta en América Latina y el Caribe.
“Hoy,- precisó Baret- como regidora del Ayuntamiento de Santiago, me pongo de pie con profunda responsabilidad para honrar este 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. No es una fecha para repetir consignas; es un compromiso que debemos asumir con el corazón y con acciones firmes”.
Y agregó: “Santiago es una ciudad orgullosa, diversa, trabajadora. Pero también es una ciudad donde muchas mujeres aún cargan silencios que duelen, cicatrices que no siempre se ven, y miedos que no deberían existir. Y mientras una sola mujer de nuestros barrios, de nuestros campos, de nuestras comunidades viva bajo el peso de la violencia, no podemos hablar de verdadero desarrollo ni de verdadera paz social.
También, subrayó “hoy recordamos el legado inmenso de las hermanas Mirabal, orgullo eterno de nuestra tierra. Ellas nos enseñaron que el coraje puede cambiar la historia. Que la dignidad se defiende incluso cuando la injusticia parece poderosa. Y su ejemplo nos recuerda que la violencia no se combate con indiferencia, sino con valentía y decisión colectiva”.
“Desde el Ayuntamiento de Santiago reafirmamos tres compromisos esenciales: primero: Redoblar esfuerzos para prevenir la violencia desde la base: en las escuelas, en las juntas de vecinos, en los centros comunitarios. La educación en igualdad es la raíz de una sociedad sin violencia.
Asimismo, como segundo desafío, acompañar a todas las mujeres que hoy necesitan apoyo y que sepan que no están solas, que hay manos extendidas, instituciones que funcionan, y autoridades locales dispuestas a escuchar y a actuar”
“Tercero: promover una cultura de denuncia y protección, porque hay que romper el silencio, porque ya no debe haber espacio, debido a que cada comunidad debe convertirse en un refugio seguro, no en un espectador de la tragedia”, puntualizó.
“A las mujeres de Santiago, estableció-: Su vida tiene valor, su voz merece respeto y su dignidad no es negociable”
“Mientras que a los hombres de Santiago, -sugirió Baret- deben jugar su rol fundamental y auspiciar la igualdad porque no es una lucha de mujeres contra hombres; es una lucha de todos contra la violencia”.
“Hoy, desde esta ciudad que florece entre montañas y esperanza, decimos con firmeza: ni una menos. No una más víctima de la violencia”, meditó.
“Que este 25 de noviembre no se quede en palabras, sino que sea el impulso para convertir a Santiago en un territorio verdaderamente seguro, humano y igualitario”, comentó.
“Sigamos trabajando juntos, con convicción, para que cada niña y cada mujer pueda vivir sin miedo, y para que cada hogar de nuestra sociedad sea un espacio de paz, respeto y amor”.





