La vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, cedió hoy el protagonismo a los obispos para convocar la mesa de diálogo nacional, en el marco de una crisis sociopolítica que cumplió ya 23 días y dejó al menos 47 muertos.
“Nuestro Gobierno (…) en todo momento ha mostrado su absoluta disposición y hemos estado al llamado de la Conferencia Episcopal, esperando que se inicie el diálogo, cuando los señores obispos consideren que están dadas las condiciones para que de ese encuentro resulten las mejores propuestas para ir adelante en nuestra Nicaragua”, señaló.
La primera dama indicó que el Gobierno está preparado para asistir al diálogo cuando los obispos lo estimen conveniente.
“Nosotros hemos estado en todo momento en absoluta disposición de asistir cuando la Conferencia Episcopal nos convoque, cuando los señores obispos consideren que estamos listos para entrar a esa fase histórica de estos tiempos nuevos, que por la gracia de Dios estamos viviendo”, agregó.
Finalmente, la vicepresidenta subrayó la importancia de este encuentro para Nicaragua.
“Sabemos que estamos en un ciclo que nos permite aprender, emprender y crear en nuestra Nicaragua, un nuevo capítulo de cultura política dialogante, un nuevo capítulo de cultura política tolerante, un nuevo capítulo que da continuidad a los tiempos que venimos viviendo de cultura política, democrática y un nuevo tiempo para la justicia y para la paz”, concluyó.