Pastor Antonio Regalado.
Jesús estaba cansado en su humanidad, cuenta la historia bíblica, y en esa condición se sentó al lado de un pozo de agua, luego, una mujer de Samaria vino a sacar agua, y el Señor le dijo: “Dame de beber”.
Amor, misericordia y comprensión, actitud tolerante y respetuosa hacia los sentimientos o actos de otra persona, son cualidades muy escasas en éstos y todos los tiempos, pero resulta; que éstos atributos forman parte del carácter de Cristo, son adornos de Jesús, sí, forman parte de ÉL, con esos rasgos que le distinguen y siendo Dios, se detuvo ante una mujer que era desechada por la sociedad, a dedicarle tiempo, y para ofrecerle “una fuente de agua que salte para vida eterna”. San Juan 4:14.
Cuando la vida nos maltrata, el Señor nos brinda su amor, compañía, esperanza, misericordia, compasión, paz, armonía; eso hizo con la samaritana, y está dispuesto a hacerlo cuantas veces sea necesario para sacar una vida del pozo de aguas estancadas, no importando la hora, lugar, tiempo ni condición. Él no tiene limitaciones, por eso estando cansado, se sentó en el pozo como introducción para darle a ella salvación, es que Jesús ha derramado su amor por toda la humanidad sin objeción de ninguna clase, tenemos que aprender de Jesús, que no tiene a nadie en poco, ni echa a un lado a nadie, oh, qué humildad!!!,
Señor, envía a tus profetas, con una palabra de humildad a tu pueblo, tu viniste a bendecir a los cansados y cargados, a los humildes como esa mujer de Samaria, siendo tu oración: “Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó”. San Mateo 11:25-26. ALELUYA!!
El Mesías prometido, conociendo que aquella región era de poca humedad y por lo tanto tierra seca y propicia para acelerar la sed física, se acercó a la mujer con el deseo de tomar el preciado líquido, pero en el fondo era solamente la forma para introducirse y bendecir con su amor a una mujer de no muy buena reputación.
Ella fue destinataria del agua de vida, del afecto intenso, el cariño y la solidaridad de Cristo, no volviendo a tener sed, porque el agua que Cristo le suministró le dio una trasformación espiritual completa a su vida y los suyos. Así debe ser el procedimiento del pastor hacia las ovejas, hacia su prójimo.
La biblia dice: “Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén”. 1 Pedro 4:11.
Y eso fue justamente lo que hizo Cristo, que sostuvo con la mujer una conversación para que Dios fuera glorificado por medio de ÉL, comunicación mediante la cual Cristo le otorgó a ella la salvación de su alma.
Abre tu corazón y escucha su voz, ÉL también te hecho beneficiario/ ria, de una fuente de agua que salte para vida eterna. Amén.
Pastor