Por Félix Jacinto Bretón
“Cuando se muere en brazos de la patria agradecida, la muerte acaba, la prisión se rompe y ¡empieza, al fin, con el morir la vida!”
El 14 y 20 de junio, respectivamente, de 1959 -54 años justos se cumplen en estos días- la República Dominicana se vio felizmente estremecida por los sorpresivos desembarcos aéreos y marítimos de Constanza, en la provincia de La Vega, y Maimón y Estero Hondo, por Puerto Plata, es decir la costa Norte.
El sátrapa Trujillo, que ya cumplía casi 30 años de férrea dictadura, ahogó rápidamente en sangre aquella resistencia valiente que se inmoló por la libertad, como bien lo apuntó el poeta e intelectual Tony Raful.
Pero esa, indudablemente, no fue más que una victoria pírrica basada en la superioridad de las tropas militares de la dictadura ya que, al poco tiempo, surgió como consecuencia de ese sacrificio y en homenaje a los valientes caídos, el Movimiento Revolucionario 14 de Junio (1J4), la única conspiración contra el dictador que tuvo alcance nacional.
No deja de asombrar y conmover el gesto de los expedicionarios del 1959, su profunda vocación patriótica, su desprendimiento, su voluntad democrática basada en el “Programa Mínimo” que garantizaba conquistas sociales y las libertades ciudadanas.
Comparto con Raful el que la influencia del 1J4 fue determinante en el desenlace de la lucha final contra la tiranía, el sacrificio de sus hombres y mujeres fue un aldabonazo en la conciencia nacional, un despertar, un testimonio del valor y la decisión de echar abajo la hidra de siete cabezas que parecía invencible.
Muchos de los guerrilleros y combatientes fueron sometidos al exterminio masivo y a las más crueles torturas -los que fueron atrapados con vida- pero ninguno de los mártires pidió clemencia, manteniendo la dignidad y el sentido del decoro, así como la idea de que era inevitable el surgimiento de la libertad.
Recordar y rendir homenaje a los héroes y mártires de la Raza Inmortal, es rendir tributo también a sus continuadores, a Manolo, las hermanas Mirabal y a todas y todos los demás, sin excepcion, que lucharon y murieron por una Patria libre y por una sociedad justa y humana.
Eran seres especiales, escogidos, llamados a desempeñar papeles estelares en la consecución de nobles ideales. Loor a sus memorias de adalides de la libertad, próceres nacionales e internacionales en un vértigo de sangre, amor y sacrificio.
Y como de “músico, compositor y loco” todos tenemos un poco, los que transcribo a continuación son unos versos (si merecen llamarse así) de mi propia inspiración dedicados a la fecha:
La gesta de Constanza
Estero Hondo y Maimón Muchos dominicanos La llevan en el corazón. Jamás podemos aceptar
Que se eche en el olvido A los que dieron su sangre Pa´librarnos de Trujillo. Con su valiente actitud
Ellos escribieron la historia Y seria imperdonable Borrarlos de la memoria. No me cabe en la cabeza
Que por más que avancemos Por alcanzar otras cosas A los héroes olvidemos. Los del 14 de Junio
Del 1959 Aunque pasen los años Olvidarlos no se debe. |
Llegaron llenos de amor
de coraje y patriotismo y hasta sus vidas las dieron pa´librarnos de Trujillo. Si no valoro este gesto
y procuro que se olvide que me suban a un paredón y que un pelotón me fusile. Desde siempre he escuchado
y quiero recordarlo ahora que esta condenado a repetirla pueblo que olvida su historia. Loor a los héroes y mártires
que con el fusil en las manos lucharon pa´que fuera libre el pueblo dominicano. Hasta la victoria siempre
¡Seguimos en combate! |