Gritos de emoción resonaron por todo Puerto Príncipe el sábado por la mañana, cuando las gasolineras reabrieron en Haití por primera vez en dos meses, luego que una poderosa pandilla levantó un bloqueo de combustible.
“¡Hay gasolina ahora! ¡Hay gasolina ahora!”, gritaba la gente, haciendo sonar las bocinas de sus autos y motocicletas, mientras la capital haitiana regresaba lentamente a su cacofonía habitual.
El sudor empapaba los rostros de la gente que empujaba sus vehículos hacia las gasolineras más cercanas y formaban cola junto a los minibuses coloridos llamados “tap-tap” y adornados con mensajes como “Gracias Jesús”.
“Yo diría que éste es el día en que la vida comienza de nuevo”, dijo Davidson Jean-Pierre, de 35 años, dueño de un pequeño negocio de pintura de casas.
Él y sus empleados finalmente pueden desplazarse por Haití con escaleras y otro equipo que no podía ser trasportado fácilmente en las pocas motocicletas que siguieron circulando durante el bloqueo.
“Mi equipo va a recuperarse”, dijo Jean-Pierre.
Desde que una federación de pandillas conocida como G9 tomó el control del área que rodea una importante terminal de combustible a mediados de septiembre, la vida en Haití se paralizó, dejando a millones de personas como Jean-Pierre sin trabajo.
El paso — dirigido a derrocar el gobierno del primer ministro Ariel Henry luego que éste anunció el alza de los precios de la gasolina — forzó el cierre de las gasolineras, la reducción de servicios críticos en los hospitales y la reducción de horas en las tiendas de abastecimientos. Empeoró además un brote de cólera que ha matado a decenas de personas y enfermado a miles, con las compañías imposibilitadas de distribuir agua potable.
Esta semana, casi 40 camiones formaron fila en la recién reabierta terminal de Varreaux, en Puerto Príncipe, llenando sus tanques con combustible mientras policías fuertemente armados los acompañaban a estaciones de gasolina en la capital y otras partes.
Los camiones arribaron luego que la G9, encabezada por el expolicía Jimmy Cherizier — apodado Barbecue — anunció una semana antes que iba a levantar el bloqueo luego de chocar con policías que trataban de recuperar el control del área.
Aunque los camiones distribuyeron 7,2 millones de litros (1,9 millones de galones) de diésel y 4,5 millones de litros (1,2 millones de galones) de gasolina, muchos el sábado temían que el combustible se agotase pronto mientras esperaban durante horas bajo un sol intenso.
Durante el bloqueo, la gasolina en el mercado negro costaba 4,000 gourdes (30 dólares) por 3,8 litros (1 galón).