Por Balbueno Medina
La reforma fiscal y el espinoso caso del Senador por San Juan de la Maguana Félix Bautista, se han convertido en las más grandes pruebas que en su corta duración habrá de enfrentar el gobierno del presidente Danilo Medina, quien en su primer mes de gestión pasó con buenas calificaciones las medidas empleadas.
En lo que respecta al caso que involucra al también Secretario de Organización del PLD, todo luce indicar que el mismo ha quedado totalmente resuelto y dentro de un par de semanas habrá sido sacado de los medios de comunicación, si a juzgar vamos, por lo que ha declarado la Sala Penal de la Suprema Corte de Justicia, quien se declaró incompetente para tratar ese asunto.
Desde luego, esa decisión había sido precedida de un cumulo de acontecimientos que indefectiblemente iban a terminar con abortar una vez más con un caso que mantiene una espina clavada en el sentimiento de los dominicanos y que a pesar de los pesares hasta que no se aclare llevaran una imagen negativa, sea culpable o no, del Senador de San Juan de la Maguana.
La entrevista del Procurador de la República con el presidente Danilo Medina, las declaraciones de éste, indicando que quien tenía la última palabra sobre el caso Félix Bautista era la Suprema Corte de Justicia, los señalamientos del presidente de esa alta Corte Mariano Germán Mejía de que no había recibido solicitud para reabrir ese expediente y la declaratoria de incompetencia por parte de la Sala Penal de ese alto tribunal para conocerlo, no es más que un claro indicativo de que ya no habrá más manoseo sobre el mismo.
En lo que sí, podemos estar seguros, es de que vamos a tener reforma fiscal por muchos días, si tomamos en cuenta lo abarcador que ha sido el proyecto presentado por el gobierno al Consejo Económico y Social, y que desde que fue dado a conocer a la opinión pública nacional ha dejado boquiabierto a la gran mayoría de los dominicanos.
Ciertamente el presidente Medina, como un gran estratega que es, fue el primero en advertir lo duro que sería la aplicación de esa reforma fiscal, a la cual calificó como un “trago amargo”, pero necesario para poder hacer frente al déficits fiscal que enfrenta el gobierno central.
Sin embargo, esa sinceridad y ese coraje del presidente de la República no han convencido a amplios sectores de la vida nacional que todavía no entienden las razones que nos llevaron a cometer un déficits de RD$ 170 mil millones de pesos y que sin mediara una explicación han de tener que pagar, sin comerlos ni beberlos, como se alega en el argot popular.
Desde luego, se infiere que con la presentación de una reforma fiscal tan amplia, que hasta pretende gravar las labores informales, las autoridades deberán negociar con los diferentes sectores afectados para poder llegar a un consenso que permita disminuir el nivel de inconformidad que la misma de entrada ha provocado entre la población.
De todos modos, habrá que esperar como el gobierno manejara a ambos casos, el de la reforma fiscal y el de Félix Bautista, para ver si en sus decisiones el gobierno de Danilo Medina, saldrá fortalecido o disminuido en las simpatías de los dominicanos, porque la dura y cruel realidad, es de que los mismos lo han puesto en una posición bastante incómoda en estos precisos momentos en que la población dominicana se había creado muy buenas expectativas sobre la actual administración.
Ojalá que la presentada por el gobierno no sea definitiva, sino que haya sido el punto de partida en el que todos los dominicanos logremos conformar una verdadera reforma fiscal que nos permita dejar atrás los parches y encaminar el país por verdaderos senderos de estabilidad y progreso, como todos aspiramos.
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