SANTO DOMINGO.- Al juramentar decenas de miembros el Frente Amplio anunció su disposición de unificar las diferentes fuerzas políticas y sociales para articular un espacio de oposición capaz de democratizar la sociedad dominicana, institucionalizar del Estado, cambiar la orientación de la economía y afrontar los desafíos éticos que reviertan el estado de desastre en que se encuentra el pueblo dominicano.
En el discurso central el presidente de la entidad política Fidel Santana anunció que iniciarán un esfuerzo de acercamiento con todas las fuerzas sanas del país, políticas y sociales, pequeñas, medianas y grandes, moderadas, liberales y radicales, incluso con aquellos que por diferencias de enfoques tácticos, nos perciben equivocadamente como blancos.
Dijo que no hay mejor remedio para zanjar diferencias en asuntos no fundamentales, como son las diferencias que han atomizado a la sociedad dominicana, que los que proporcionan compartir los escenarios de la lucha y la resistencia, y esos son los escenarios que están por delante para todos los que aspiran un mejor país.
Informó que vuelven a poner su horizonte en la búsqueda de la unidad, en un esfuerzo que ayude a construir una mesa unitaria de oposición, retomando, en principio, las conversaciones con la Alianza por la Democracia y Dominicanos por el Cambio, con quienes han podido avanzar significativamente en los acercamientos políticos y hasta humanos.
En el acto celebrado en el Centro Cultural Narciso González, donde fueron juramentados los doctores Senen Caba, Secundino Palacios, el empresario Juan Ignacio Espaillat, y otros 50 dominicanos, Santana explicó que se trata de articular un espacio de oposición que, si bien no tendría detrás la legitimidad de una votación masiva, si tendría la autoridad de la moral, de la coherencia y del compromiso.
Manifestó que en ese eje de fuerzas, si aceptan la invitación, deberá comprometerse a trabajar por la conformación de un frente mucho más amplio, político y social, resultado de la más vasta diversidad de actores, sobre todo de los que están y estarán en lucha, bajo el propósito de democratizar la sociedad dominicana, institucionalizar el Estado, cambiar la orientación de la economía y afrontar los desafíos éticos que reviertan el estado de desastre en que nos encontramos.
Dijo que se propondría oxigenar, estimular y apoyar los espacios de resistencia ciudadana y contribuir a la articulación estratégica de los factores políticos y sociales, de manera que todas las luchas libradas por el pueblo adquieran un horizonte político y se orienten hacia la construcción de un poder alternativo.
anunció que iniciarán un esfuerzo de acercamiento con todas las fuerzas sanas del país, políticas y sociales, pequeñas, medianas y grandes, moderadas, liberales y radicales, incluso con aquellos que por diferencias de enfoques tácticos, nos perciben equivocadamente como blancos.
Dijo que no hay mejor remedio para zanjar diferencias en asuntos no fundamentales, como son las diferencias que han atomizado a la sociedad dominicana, que los que proporcionan compartir los escenarios de la lucha y la resistencia, y esos son los escenarios que están por delante para todos los que aspiran un mejor país.
Dijo que en el Frente Amplio están conscientes de que existe la necesidad de una articulación mucho más amplia de lo que hasta ahora hemos alcanzado, no desconocen la inmensa frustración que abatió a la gente ante el fracaso de la Cumbre Alternativa, la iniciativa del Frente Amplio que, en medio de la coyuntura electoral recién pasada, buscó infructuosamente la concertación de una alianza que posibilitara un programa y unas candidaturas comunes entre diversos proyectos políticos.
Manifestó que más sabio que ellos, el pueblo no fijó su atención en ninguno de los proyectos emergentes particulares, conocedor de que divididos ninguno teníamos posibilidad de amenazar la continuidad del modelo clientelar que se ha entronizado en la cultura política dominicana.
Dijo que la incapacidad para unificar los grupos emergentes imposibilitó el surgimiento de una fuerza capaz de configurar un escenario de segunda vuelta, dejando abierto el camino del continuismo sin ningún obstáculo, e imposibilitando toda posibilidad de negociación de la sociedad para menguar el desequilibrado reparto del poder.
“Las consecuencias de ese fracaso, entre otras cosas han fortalecido el criterio popular de que en el país no hay una oposición confiable, de que no hay cómo frenar la voluntad del grupo que controla el Estado y, por tanto, ha crecido la desmoralización colectiva”, precisó.