El doctor Franklin Almeyda Rancier, miembro de la Comisión Política de la Fuerza del Pueblo (FP), planteó la necesidad de que comunidad internacional interceda en Haití ante el agravamiento de la crisis social y económica, así como del caos, el desorden y la violencia, flagelos que encarrilan a ese país hacia ingobernabilidad.
Almeyda Rancier afirmó que Haití es un Estado donde impera un descontrol completo, carece de seguridad jurídica, no hay seguridad para las instituciones y es un Estado dirigido por bandas.
Las declaraciones del también abogado, catedrático, escritor, ex ministro de Interior y Policía; se produjeron durante una visita que le hizo la tarde del pasado martes al director de La Información, Emmanuel Castillo, con quien abordó una diversidad de temas, desde el ámbito histórico hasta lo político, social y económico.
Franklin Almeyda Rancier estuvo acompañado del ex diputado y dirigente de la FP en Santiago, Demóstenes Martínez, y de Keyla Reyna.
Expresó que la comunidad internacional (Francia y las grandes naciones) tienen que recurrir y asumir Haití como un problema serio para todos y ejecutar planes para desarrollar ese país.
Aclaró que no se hace nada con meterse militarmente en Haití, tras agregar que tendría que realizarse todo un plan para desarrollar las condiciones de crecimiento y progreso del vecino país.
Observó que el territorio que tiene Haití es el mismo que tenía la colonia francesa en 1789 cuando comenzó la revolución francesa y era la colonia más rica del mundo.
Entonces ahí hay condiciones territoriales, humanas no,-dijo- o sea hay que desarrollar justamente, entrenar, hay que adiestrar el personal, entonces nosotros no podemos cargar con ellos.
Sostuvo que Haití se puede desarrollar, hay condiciones terrenales para hacerlo y encaminar ese país hacia desarrollo y eso tiene que realizarlo las Naciones Unidas o la OEA.
Indicó que hay que controlar la violencia y las organizaciones vandálicas existentes en ese territorio, restablecer un mecanismo de gobernabilidad, el cual debe ser impulsado por la comunidad internacional.
Dijo que Haití es un conglomerado humano, no es una nación, tras afirmar que una nación su población tiene arraigo, tradición e identidad y cohesión social.
Significó que cuando una nación reúne esas condiciones pasa a ser un Estado y se da una Constitución.