El papa Francisco emitió una amplia disculpa el domingo por los “delitos” de la Iglesia católica en Irlanda, afirmando que las autoridades eclesiásticas no respondieron con compasión a los muchos abusos que niños y mujeres sufrieron a lo largo de los años, y se comprometió a trabajar para que se haga justicia.
Francisco fue ovacionado mientras leía la disculpa al principio de una misa en el parque Phoenix de Dublín.
A cientos de kilómetros de distancia, manifestantes sombríos marcharon por el poblado irlandés de Tuam y recitaron los nombres de 796 bebés y niños pequeños que fallecieron en un orfanato católico allí, la mayoría durante la década de 1950.
“Elizabeth Murphy, cuatro meses. Annie Tyne, tres meses. John Joseph Murphy, 10 meses”, recordaron los manifestantes en memoria de los niños enterrados en una fosa común sin lápida descubierta el año pasado.
Con su visita el fin de semana a Irlanda, Francisco es el primer papa en acudir a este país predominantemente católico en 39 años. Les dijo a las cientos de miles de personas que asistieron a la misa que el sábado se reunió con víctimas de todo tipo de abusos: sexuales, laborales y religiosos.
Entre ellos había personas cuyas madres biológicas fueron obligadas a entregar a sus bebés en adopción porque no estaban casadas al momento de dar a luz. En respuesta a una solicitud de las personas adoptadas, el pontífice les aseguró a las envejecidas madres que no estarían pecando si tratan de hallar a sus hijos hoy en día. Durante décadas, las autoridades eclesiásticas les dijeron a las madres justo lo contrario.
“Que el Señor mantenga este estado de vergüenza y remordimiento y nos dé fuerza para que esto no vuelva a ocurrir, y que se haga justicia”, afirmó Francisco.
En Irlanda hay miles de personas que fueron adoptadas a la fuerza y cuyas madres se vieron obligadas a vivir y trabajar en lavanderías y otros programas para “mujeres caídas en desgracia”.
El pontífice estuvo unos 90 minutos el sábado con ocho víctimas, entre ellas dos que fueron entregadas para ser adoptadas cuando eran bebés.
Una mujer que fue adoptada así, Clodagh Malone, dijo que Francisco quedó “impactado” por lo que el grupo le dijo y “nos escuchó a cada uno de nosotros con respeto y compasión”.
Los sobrevivientes indicaron que el papa argentino comprendió bien su sufrimiento, dada la historia en Argentina de adopciones forzadas de los hijos de presuntos izquierdistas durante la dictadura militar de la década de 1970.
“Este es un gran paso adelante para muchas mujeres ancianas, especialmente en la campiña de Irlanda, que han vivido en el temor durante 30, 40, 50, 60 años”, dijo Paul Redmond, otra persona adoptada a la fuerza, a The Associated Press. “Eso significaría mucho para ellas”.
Muchos niños irlandeses “fueron robados de su inocencia y arrancados de los brazos de sus madres” por instituciones de la Iglesia católica, denunció el pontífice en una misa en Knock, el santuario de Irlanda dedicado a la Virgen María.
Francisco rogó a Dios que tales abusos no vuelvan a ocurrir y llamó a la Iglesia “a proceder con justicia y reparaciones, donde sea posible, para compensar por semejante violencia”.
El primer día del papa en Irlanda estuvo dominado por el escándalo de abusos y la historia de atrocidades cometidas en el país con el presunto fin de purificar la fe católica. Se le dio una recepción tibia en las calles, pero decenas de miles de personas atestaron el estadio Croke Park de Dublín el sábado en la noche para un evento familiar con los bailarines de la agrupación irlandesa Riverdance y el tenor Andrea Boccelli.