Todos los periódicos de ayer titularon que el proyecto de Ley de Partidos quedó en un “punto muerto” porque los legisladores de los dos principales líderes grupales del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Danilo y Leonel, finalmente no lograron el consenso para salvar ese embarazo de casi 20 años que está nadando en el vientre del Congreso Nacional.
¡Ah, muy bien!
Ese tranque fue el final de la “comisión emergente” surgida por la carta del presidente Danilo Medina de fecha 15 de mayo de 2018 para tratar de “salvar” la Ley de Partidos que estaba destinada al fracaso desde que se elaboró y yo lo dije tan claro como siempre escribo.
Es más, la sílaba tónica del título que yo usé el 25 de abril para mi “análisis”, -punto muerto- fue la misma que sirvió de titular a todos los periódicos ayer porque los hechos se hicieron evidentes: https://www.listindiario.com/la-republica/2018/04/25/512123/el-conflicto-del-pld-esta-en-un-relativo-punto-muerto
Después de eso, vino la carta de Danilo pidiendo lograr “un consenso de todos los partidos” para salvar la ley, que yo dije que traducido del latín paladino significaba: Apruébenme esa Ley de Partidos con primarias abiertas, con padrón universal de la Junta Central Electoral y simultáneas, pues de lo contrario, todo se queda como está.
Fui más arriesgado aun y dije en mi artículo del 25 de mayo de 2018 https://www.listindiario.com/la-republica/2018/05/25/516505/el-probable-desenlace-de-la-ley-de-partidos que esa carta de Danilo significaba “otro paso al frente desbrozando el camino de su repostulación en la búsqueda de la reelección presidencial para el año 2020”.
Y lo dije porque a pesar de que los obispos exigieron primarias cerradas, los empresarios, que también prefieren ese tipo de modelo, saludaron la carta de Danilo y abogaron por el consenso -¡Qué ingenuos en política, mas no en entenderse con el poder!- la saludaron y fundaron esperanzas en que se lograra un consenso, pues se trataba de un intento de “cuidar la forma” ante un claro mensaje del danilismo que bien descifrado significaba: ¿Quieren Ley de Partidos? Muy bien, la apoyamos pero bajo mis condiciones.
¿Cuáles son las condiciones de Danilo para aprobar la Ley de Partidos?
Una sola quiere el danilismo: que se establezcan las primarias abiertas, simultáneas y con el padrón de la Junta Central Electoral.
Nadie tiene que decirme que el danilismo no pide más. Es obvio. Y creo que se por qué lo quiere así.
El danilismo está dispuesto a aprobar los controles que en otros aspectos establecería la Ley de Partidos que moderarían (legalmente, no digo que efectivamente) el predominio del gobernante en el poder -y el partido- en el uso de los recursos del Estado (Justicia, ministerio público, cobro de impuestos, caliesaje, policías, militares, vocingleros en los medios, religiosos) siempre que se aprueben las primarias abiertas.
Pero ¿cuál es la obstinación de establecer las primarias abiertas? Creo que ya lo se.
Si bien la Constitución de 2015 dice que el actual presidente (no menciona el nombre de Danilo Medina) no puede presentarse como candidato presidencial ni vicepresidencial para un nuevo período, pero si se establecen primarias abiertas con el padrón de la JCE y “ciudadanos independientes o un comité intermedio” inscribe a Medina dentro del PLD, nadie, ni su Comité Central, ni su Comité Político, ni la ley, pueden impedir que él compita.
Si una primaria abierta en el PLD con padrón universal y supervisada por la JCE arroja que Danilo ganó la competencia interna, el proyecto de ley para declarar la convocatoria a una Asamblea Revisora de la Constitución para restablecer la reelección -incluso indefinida- sería un trámite más y su posibilidad de aprobación se elevaría muy sustancialmente, sobre todo si a Leonel le lanzan unos perros que él aun no conoce -yo tampoco, pero sospecho de su fiereza-, llegaría la hora de saber si está vivo y en ese caso le está llegando la hora del entierro, que ayer él dijo que no se ha efectuado.
Quien no comprenda que Danilo y sus fuerzas mayoritarias en los organismos del PLD quieren primarias abiertas, universales y simultáneas para lanzarlo como precandidato presidencial, y tras su probable victoria concluir en que “eso es lo que el pueblo quiere”, está soñando plácidamente en medio de este calor.
De ahí a modificar la Constitución y “convencer” a los legisladores peledeístas que falten -principalmente-, sería un pequeño esfuerzo del mismo nivel que se ha hecho anteriormente para que ganara Leonel (Paz a los restos de Miguel Cocco y mucha salud a Jaime David). De eso sabe el PLD y Leonel debe entender que Danilo lo sabe en detalles; Hipólito solo en parte, por más que presuma.
Una candidatura de Leonel
Como sé que nadie lo va a escribir y a mí solo me mueve la verdad y el deseo de espabilar a quienes se la echan de políticos y duermen más que lo que leen y analizan, brotaré mi lava cual volcán que no tiene que fundirse por no lanzar la energía que tiene contenida. Si por algún resultado que no encuentro lógica que se produzca Leonel es escogido candidato -aunque él no crea o acepte mi criterio- provocará un tsunami en el PLD y también en la oposición, sobre todo porque en esta última ahora se consideran un bloque, que orgánica y operativamente no lo es.
Si por cualquier método electivo Leonel resultara ser el candidato presidencial del PLD, el danilismo militante no lo respaldaría en los hechos, contrario a lo que él hizo en 2012 para que Medina ganara frente a un Hipólito-PRD que llevaban una ventajosa delantera.
Suponiendo que pese a todas las adversidades -y con su suerte papabocuna- Leonel se alzara con la candidatura presidencial del PLD, tendrá que derrotar a dos frentes más: el danilismo a lo interno que como mínimo -y nada menos que desde el poder- no lo quiere como Presidente, y a la oposición que por naturaleza irá a disputarle el control del Estado.
El efecto de una candidatura presidencial de Leonel por el PLD en 2020 provocaría de inmediato otro tsunami porque el llamado Bloque Opositor, que hasta hoy no tiene estructuras ni realiza tareas unitarias articuladas para fundir esa unidad, también se dividiría entre los pro-leonelistas que lo quieren como candidato de “16 partidos opositores a la reelección” y quienes suponen que pueden ganar la Presidencia con un postulado venido de fuera del PLD.
Leonel, como candidato, va a dividir -en los hechos- al PLD y a la oposición. Danilo solo divide al PLD. Si Leonel tuviese la humildad que no tiene, ¡dije que no tiene y nadie se haga ilusiones! dividiera al PLD, hiciera un pacto con la oposición y sacaría a Danilo del poder en 2020 aunque el presidente no fuera él, sino otro.
Pero tanto él como su esposa, Margarita, creen que le sobra la “capacidad” que quienes lo envidian, no tienen, suficiente para derrotar a Danilo, al poder y a la oposición juntos. Y supongo que están en un error, pero no es mi intención dar lecciones a ellos, dos triunfadores dentro del PLD que abandonó sus principios para abrazar un realismo, por ciento, muy vengador, porque otros, también, apelan a él.
Cuando pase la tempestad, contaremos las estrellas.