Un déficit fiscal se refiere al hecho de que en el transcurso de la ejecución del presupuesto de un año, el total de gastos excede el de los ingresos. De este modo intentó el expresidente Leonel Fernández explicar el hoyo fiscal en que dejó sumido al país a su paso por el gobierno que concluyó el 16 de agosto del presente año..
Como si nada hubiera ocurrido, Leonel, concentró sus esfuerzos en minimizar la realidad económica nacional, y en ese afán, nos comparó con poderosas economías mundiales, de contextos y potencialidades muy diferentes a las nuestras.
Lo que debió haber dicho el actual Presidente de la República, Lic. Danilo Medina, lo dijo Leonel Fernández, para de ese modo no herir su susceptibilidad y súper ego. El Presidente del País cedió sus funciones al Presidente de su partido, a quien no quiere meterle manos por los desmanes económicos, el despilfarro, la sobreestimación de obras, su tolerancia al robo de sus funcionarios. En fin, el derroche irresponsable y la complicidad con los beneficiarios, fue y es, el estilo de gobernar del expresidente Fernández.
Mientras tanto, el pueblo dominicano es el perjudicado por esa bohemia y dispendiosa forma de hacer presidencia. El gasto superfluo tiene mucho que ver con su visión del crecimiento y el desarrollo. Se satisface viendo escalar alturas a las torres de la ciudad capital y la construcción de pasos a desnivel, elevados y túneles. No importándoles que fuera en desmedro de la calidad de los servicios educativos, de salud viviendas, producción, seguridad, avance científico y cultural, respeto al medio ambiente.
Sus enormes mentiras de precampaña de la fortaleza de la economía que dejaba como legado al país, se desmoronó una vez que el gobierno de relevo no encontrara un centavo para hacer frente a los compromisos, una plaza para dar ocupación a una persona, toda estaba súper abarrotado de gentes, que había sido colocada en la nómina pública con el fin de fortalecer el leonelismo. Con el dinero del erario nacional sobornó a muchos opositores de ocasión, compró partiduchos oportunistas, ganó alabarderos de prensa, impuso su voluntad sobre el país.
Un gobierno bueno es aquel que se preocupa y logra satisfacer las necesidades de su pueblo. Un gobierno malo, hace uso y abuso de los recursos públicos para provecho de los suyos. Aquí radica la gran diferencia, no es cuestión de simple gerencia.
Otra gran mentira develada es que se cayeran las recaudaciones estimadas. Todos los años se les advierte sobre las partidas presupuestarias, indicándoles en unos casos subestimación y en otros sobrevaluación de las estimaciones. Pero cualquiera sea el hecho, termina resolviéndolo como mejor indique su capricho: utilizando los superávits en lo que le dé las ganas, o justificando endeudamientos para no dejar a medio hacer, obras iniciadas o prometidas.
Leonel Fernández, su equipo económico y de obras públicas, deben responder en los tribunales, allí deberían aclarar las incriminaciones de naturaleza penal que contundentemente le comprometen como principal responsable. En tal sentido,
Fuerza de la Revolución respalda la denuncia penal que interpusiera el Dr. Guillermo Moreno y Alianza País como eco receptivos de una petición o clamor nacional.
Sentimientos de rabia y descreimiento en esta institucionalidad nos producen actitudes como las del Procurador General de la República, que sin una mínima investigación tuvo el tupé de desestimar toda la información y presentación de datos que incriminan a su jefe político, a la vez, que sin reparar en la responsabilidad de su función, no pudo contener las loas e inmerecidas alabanzas a su jefe y amo, como si salir del regazo de su sombra pudiere poner en juego sus pretendidas aspiraciones a candidato a la Presidencia para el 2016.
Seguir luchando para ACABAR CON LA IMPUNIDAD y el delito de Estado es la única opción que nos queda como pueblo para salir de este histórico ciclo de sirvenguenzería oficial y politiquería. Para lograrlo, la UNIDAD DE LO MEJOR DE LA NACION, es la mejor garantía. .