Se ha vuelto una constante ver presentadores de televisión en determinados espacios y al poco tiempo verlos salir del mismo programa donde habían lucido sólidos y enfocados.
Esta práctica es sumamente frecuente, donde figuras establecidas y con un buen espacio ganado dentro de los televidentes de repente no continúan laborando en el programa donde perfectamente se habían desarrollado.
Es penoso ver a tantas presentadoras de televisión, muchas de ellas con un gran talento, descollando en importantes programas y al poco tiempo este trabajo queda en el aire y no volvemos a saber de ellas en los medios electrónicos.
Lo mismo acontece con algunos caballeros, quienes se muestran seguros y estables, pero oh sorpresa, después de unos meses nos enteramos que su labor ha cesada por despido o renuncia.
Muchos no se explican cómo algunos presentadores han podido mantenerse por años de manera firme en ciertos programas, disciplina que es digna de admiración y aplausos sonoros por la perseverancia y la constancia.
Es tiempo de revisar nuestra potencial, canalizar energías, visualizar el futuro y entender que siendo tan volubles no construiremos una carrera sólida y creíble ante las audiencias externas.
Todo comunicador debe enfocarse en saber lo que quiere y lo que busca dentro de los medios de difusión, ya que a pesar de ser un mundo bastante complejo asimismo pasa factura cuando una figura se convierte en inconsistente.