Los cinco hijos de Mileidy Abad Hernández de 36 años de edad, quedaron huérfanos de madre, luego de que sus padre, Limber Nicol Agramonte, le robara el último suspiro de vida a su madre la noche del miércoles, cuando irrumpió en su casa y, delante de su hija menor, de dos años, le disparó con una escopeta.
La excusa que alegó el abusador, sobre quien pesaba una orden de alejamiento por manifestaciones de violencia contra su exconcubina, era ver a su hijo de 12 años, el mayor de los cinco. En su condición de madre, ella aceptó sin saber que luego el hombre penetraría violentamente en la vivienda, y le dispararía un cartuchazo en el cuello, ocasionándole también heridas a Caridad del Carmen Hernández, de 72 años, abuela de la hoy occisa, y a su hermano de 21 años, Andrés Ramón Genao, quienes se mantienen estables en el hospital Ney Arias Lora.
La tragedia ocurrió alrededor de las 10:00 de la noche en el Peatonal 1, del barrio Villa Blanca, en Sabana Perdida, donde ayer, entre desconsuelo y reclamos de justicia, eran velados los restos de Mileidy.
Para cometer el crimen, Agramonte utilizó una escopeta Mossbert, calibre 12, un arma que aparentemente utilizaba en su empleo, donde se desempeñaba como vigilante.
La familia de la joven tardará mucho tiempo en reponerse de la partida de una mujer a la que califican como buena madre, trabajadora y amigable, que no tenía problemas con nadie, solo con su victimario, quien cumplió las promesas que ya antes había hecho, de quitarle la vida.
Varias denuncias
Su hermana Emnie Genao lloraba desconsoladamente, mientras recuerda a su pariente y las veces en que su expareja la agredía.
“Ella lo metió preso una vez y la jueza lo soltó, y ella le dijo que si le pasaba cualquier cosa, la jueza se tenía que hacer responsable”, explica, compungida por este episodio que ocurrió el año pasado.
La madre de Mileidy, Carmen Arely Hernández, cuenta que son más de 15 las denuncias que puso su hija. Según afirma Genao, la familia del agresor entregó un documento a la jueza, que reflejaba que este padecía una aparente enfermedad mental, por lo que entienden, fue puesto en libertad.
Aunque era mucho el tiempo que Mileidy y su agresor permanecieron juntos, en los últimos dos años los problemas entre ellos se agudizaron, por lo que estaban separados. “Él la amenazaba demasiado, le decía muchas cosas, todo el dinero lo jugaba, él se puso hiperactivo, lo pusieron en tratamiento de psicología”, expresa.
Genao asegura que su hermana no tenía pareja y su trabajo era su prioridad, debido a que su expareja no aportaba económicamente con el sustento de sus cinco hijos.