Los familiares del segundo teniente de la Policía Nacional, Eulogio José Jiménez Gerónimo, siguen desconociendo las circunstancias en que murió su pariente y están a la espera de saber lo que arrojen los resultados de la autopsia.
Al mediodía de este miércoles sería entregado el cuerpo del agente que fue baleado la noche del pasado lunes en la entrada de La Javilla, en Santo Domingo Norte.
En la casa, de precarias condiciones y ubicada en la urbanización Monterrey del mismo municipio, estaban amigos y familiares a la espera de que fuera trasladado el cuerpo del agente fenecido para su velatorio.
“Ese hombre era muy bueno” y “el niño gordito”, son las expresiones con que lo describen sus vecinos.
“Un muchacho grande”, así lo definió Paula de Jesús, una de sus más cercanas vecinas. “No se metía con nadie (…) el que hizo eso no supo lo que hizo, Dios va a interceder”, agregó Paula.
Antes de retirarse de la residencia con la cara llena de lágrimas, la señora quien a veces recibía ayuda del policía, afirmó que si hubiese sido atacado en el vecindario no lo dejan fallecer.
Jiménez Gerónimo deja en la orfandad a seis hijos, de los cuales unos tres eran de crianza, todos menores de edad.
El hecho ocurrió a pocos kilómetros de donde vivía el segundo teniente cuando regresaba a su hogar y, de acuerdo a los vecinos, es una zona de mucha criminalidad.
Uno de los presentes mencionó que fue un borracho quien hizo los disparos, pero los pocos familiares que estaban en la vivienda desconocen otros datos más que fue encontrado con impactos de bala.