1.- El día 2 de Junio de 2010, mientras mi hijo, el Licenciado Jordi Veras Rodríguez, se disponía hacer su entrada al canal 25 de televisión, en Santiago, a cumplir con una jornada laboral como comunicador social, fue objeto de una tentativa de asesinato, cuando un sicario le hizo dos disparos en la cara, causándole la pérdida total en la visión del ojo derecho, la ruptura del maxilar inferior y una vértebra de su columna vertebral, todo como lesión permanente.
2.- La acción criminal contra mi hijo fue pagada. Con ella se lesionó a su persona y a toda nuestra familia y, de igual manera, se llevó desasosiego a la sociedad dominicana que aspira y merece vivir con seguridad, tranquilidad y respeto.
3.- Procurando asesinar a Jordi, mediante un operativo alevoso, la criminalidad quiso quitarme uno de mis hijos y, a la vez, enviarle el mensaje de horror a los demás padres y madres del país de que quien puede pagar la tarifa de los sicarios, también puede llenar de dolor, angustia e indignación a cualquier familia laboriosa y decente.
4.- Las graves lesiones permanentes que mi hijo llevará para siempre en su cuerpo; el dolor que mi familia y yo hemos padecido por el hecho criminal, solamente pueden ser atenuados si los responsables de ese hecho abominable resultan sancionados. El horror que llegó a mi familia con la sangre derramada por mi hijo Jordi, puede alcanzar a cualquier hogar del país.
5.- Una sociedad civilizada no puede vivir bajo el espanto, pavor, pánico y consternación, por el solo hecho de que aparezca uno que paga un precio por el crimen, y otro que aprieta el gatillo para matar a un inocente. El que pagó al asesino gatillero que le disparó a mi hijo Jordi en la cara para asesinarle el 2 de Junio del 2010, al igual que la totalidad de los que integran la asociación criminal, no pueden burlarse de lo mejor del país, como pretenden hacerlo ahora queriendo engañar a la justicia.
6.- Mi familia y la parte sana de la sociedad dominicana, esperan que el próximo martes día 9 del corriente mes, el Tercer Juzgado de la Instrucción del Distrito Judicial de Santiago, envíe al país un mensaje de justicia, paz y seguridad a toda la familia dominicana.