Los expresos políticos cubanos Ángel Francisco de Fana y Luis Zúñiga han advertido este lunes de que la represión de la manifestación antigubernamental prevista para el 15 de noviembre será “mucho más intensa” que la vivida en la protesta del 11 de julio.
“Va a haber represión (…) va a ser mucho más intensa”, ha aseverado De Fana, que ha puesto el foco en que, a diferencia de la manifestación del 11 de julio, que “sorprendió” a las autoridades, esta vez están “preparados”.
En una entrevista concedida a Europa Press, Zúñiga ha narrado que las autoridades cubanas “han enseñado en la televisión grupos paramilitares” armados “con garrotes de madera” y “diciendo ‘con esto les vamos a golpear a los que salgan a protestar el 15 de noviembre”. Asimismo, según el expreso político, también han advertido con “condenas de prisión de 10 o 15 años a los que se atrevan pacíficamente a expresar su opinión”.
En este sentido, ha alertado de que el Ejecutivo cubano “impedirá que los periodistas puedan entrar, van a militarizar posiblemente las calles, cortarán los servicios de internet”. “Todo eso es de esperarse porque esa ha sido la conducta usual de la dictadura contra su pueblo”, ha añadido.
Las manifestaciones de julio en Cuba reunieron a miles de personas que protestaban por la falta de medicinas, alimentos y en favor de las libertades. Datos recientes del Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) muestran que en octubre se produjeron en Cuba al menos 579 acciones represivas, 80 de ellas detenciones arbitrarias. Entre los abusos más utilizados contra activistas, periodistas independientes y artistas están el sitio de viviendas, las citaciones policiales, el hostigamiento y las amenazas.
Ambos coinciden en el poder de la juventud cubana para oponerse al Gobierno de Miguel Díaz-Canel, unos jóvenes que quieren “libertad”, “vivir en democracia” y “vivir con posibilidades de trabajar y ser prósperos gracias a su trabajo”, en palabras de De Fana, que ha hecho hincapié en que “el liderazgo de la oposición en Cuba está dentro de la isla, no está en Miami o en España”.
No obstante, De Fana no ha podido precisar si el 15 de noviembre marcará el fin del Gobierno cubano actual, aunque se ha mostrado rotundo al asegurar que no tiene “la más mínima duda” de que “se van a continuar produciendo acontecimientos que van a dar al traste con la tiranía”.
A su juicio, el liderazgo del régimen, al que ha acusado de estar “involucrado con el narcotráfico, con los abusos y con tratar de expandir el poder de la izquierda en el mundo”, está “desprestigiado”. “El presidente designado (Díaz-Canel) no tiene autoridad, es un monigote de Raúl Castro y del resto del comité central del Partido Comunista”, ha agregado.
Ambos ven el futuro de Cuba con “esperanza” y han reconocido que las protestas del 11 de julio pusieron de nuevo la situación de la isla en el ojo público. “Ha habido un poco de renacer en cuanto a la atención con el tema cubano”, ha admitido De Fana, subrayando que la atención les “alienta”. Zúñiga, por su parte, ve “saludable” y “justo” que la comunidad internacional “mostrara un poco de solidaridad con esos jóvenes cubanos que con ese riesgo salen a la calle por amor a la libertad”.
Ser preso político en Cuba
De Fana y Zúñiga se encuentran en España para presentar la película ‘Plantados’, una historia sobre los presos encarcelados en el inicio de la dictadura de Fidel Castro dirigida por Lilo Vilaplana que se estrena el viernes. Se negaron a someterse a un plan de reeducación a cambio de reducir sus condenas, por lo que fueron objeto de vejaciones y torturas.
El primero de ellos fue condenado a 20 años de prisión en septiembre de 1962. Fue excarcelado en 1983, siete meses después de haber cumplido su condena, como ocurría en esa época con quienes se negaban a trabajar y vestir el uniforme de los presos comunes. Viajó a Venezuela y siete meses después a Miami.
Zúñiga fue arrestado en 1969. Se fugó en 1973 y escapó de Cuba cruzando los campos minados que rodean la base Naval de Estados Unidos en Guantánamo. En 1974 se le rompió el motor de la lancha durante una infiltración en Cuba desde Miami. Fue arrestado nuevamente y condenado a 25 años más de prisión. Fue liberado en noviembre de 1988, gracias a unas gestiones del cardenal de Nueva York.
De Fana ha contado a Europa Press que con la película ha “llorado”. Por su parte, Zúñiga ha reconocido la importancia del largometraje por su “valor histórico”, para que historias así “nunca se repitan”. “Desafortunadamente hay un peligro real de regímenes comunistas, de que lleguen al poder y establezcan dictaduras y esta es la consecuencia de una dictadura comunista”, ha lamentado, remarcando que las promesas en estos procesos son “mentira”.
“Ellos lo que quieren es perpetuarse en el poder y cuando los gobernados tratan de cambiarlo, reformarlo, humanizarlo, te golpean, te arrestan, te llevan a la cárcel”, ha continuado. “‘Plantados’ es lo que ocurre en las cárceles políticas de los regímenes comunistas”, ha resumido.
Los expresos políticos han relatado que sus condiciones cuando estaban encarcelados eran “pésimas”, con una huelga de hambre incluida. “Tuvimos que hacer una huelga de hambre a muerte para que la tiranía entendiera que en ese momento no le convenía que los presos políticos muriéramos en huelga de hambre, porque muchos han muerto”, ha narrado De Fana, antes de destacar que la misión de los “plantados” era mantenerse “firmes, resistir a todos los intentos de vejámenes”. “Si lo hacían con nosotros, sabíamos que estaban cometiendo crímenes contra todo el pueblo cubano”, ha justificado.
“(En Cuba) No es como en cualquier país del mundo donde un preso político va a prisión y ya lo aíslan de la sociedad. No. Los regímenes comunistas, como tuviste la osadía de enfrentarte hay que destruirte”, ha añadido Zúñiga, que ha explicado que el objetivo de los planes de reeducación era, primero, que el preso reconociera que se había equivocado al enfrentarse al régimen y, segundo, humillarle haciéndole vestir con el uniforme de un preso común.
La vida en una prisión cubana se basaba en “mala alimentación, carencia de asistencia médica adecuada, estar encerrados en celdas tapiadas donde no entra el sol”, ha señalado De Fana, que también menciona “golpizas constantes, trabajo forzado, mantenerte siempre con el miedo de que vas a ser asesinado” y celdas minúsculas en las que había que turnarse para dormir.
Por su parte, Zúñiga ha indicado que “celdas tapiadas todavía las hay” y ha aludido también a los “ruidos electrónicos” para volver a los presos “locos”. “Muchos han muerto”, concluye De Fana.