WASHINGTON. Decenas de legisladores demócratas exigieron el martes respuestas al Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos en relación a las denuncias sobre que adolescentes inmigrantes eran esposados y golpeados bajo custodia federal.
Setenta y siete miembros de la Cámara de Representantes firmaron una carta del representante Don Beyer, de Virginia, que exige respuestas sobre denuncias de maltratos que fueron informados por The Associated Press y otros medios de comunicación.
Declaraciones juradas de seis adolescentes latinoamericanos describieron los incidentes que ocurrieron entre 2015 y 2018, durante los gobiernos del expresidente Barack Obama y de Donald Trump, en el Centro Juvenil Shenandoah Valley, ubicado en Virginia. El centro indicó que las denuncias de menores esposados, encadenados y que fueron golpeados por los guardias eran infundadas.
“El maltrato infantil nunca es aceptable y estamos preocupados de que estos niños migrantes… sean víctimas de negligencia y daño intencional”, escribieron los legisladores, quienes pidieron una explicación sobre cómo la Oficina de Reasentamiento de Refugiados (ORR) responde a las acusaciones, y qué acciones el gobierno ha tomado para supervisar al encargado del manejo de la instalación de Virginia y de otras, donde activistas y abogados han denunciado maltrato.
“Estamos preocupados de que la ORR no cuide la salud de estos niños y esté trabajando de una manera que dañe a los menores”, escribieron los legisladores.
El gobierno de Trump ha dicho que toma en serio su responsabilidad de cuidar a los adolescentes inmigrantes, pero los funcionarios se han rehusado a entrar en detalles.
La instalación de Virginia es uno de tres centros de detención en Estados Unidos que tienen contratos federales para proporcionar una “colocación segura” para los niños migrantes que habían tenido problemas en albergues menos restrictivos. Algunos adolescentes detenidos en esos centros denunciaron que pasaron periodos largos de confinamiento en solitario y que eran dejados desnudos en frías celdas de concreto. Otros contaron que eran atados a sillas con capuchas en las cabezas.
El gobernador de Virginia Ralph Northam ordenó una investigación. Los senadores del estado Mark Warner y Tim Kaine también exigieron una respuesta del departamento.