El exdictador panameño Manuel Antonio Noriega, quien fue operado ayer de un tumor cerebral, tuvo que volver al quirófano pocas horas después tras sufrir un sangrado, por lo que su situación es “crítica”, informaron sus allegados.
Noriega, de 83 años, fue operado de un tumor benigno en el hospital público Santo Tomás en la capital panameña, pero después de la cirugía tuvo un sangrado cerebral, por lo que volvió a ser intervenido de urgencia.
“El sangrado se pudo detener, pero (Noriega) debe estar por lo menos cinco días en sedación para que se vaya recuperando”, dijo Ezra Ángel, abogado del general.
“Después de una segunda operación a cráneo abierto en menos de ocho horas, la situacion es delicada y su estado es crítico”, añadió.
Las hijas del exhombre fuerte de Panamá (1983-1989) habían manifestado antes que el estado de salud de su padre era “crítico”.
Noriega fue excarcelado temporalmente de la prisión El Renacer, a orillas del Canal de Panamá, el 28 de enero para operarse de un meningioma.
Es un “paciente de alto riesgo”, debido a su avanzada edad y a otras dolencias que padece, había manifestado Eduardo Reyes, médico personal del militar.
El tumor “ha tenido un crecimiento no esperado y eso aceleró la necesidad de la cirugía para evitar daños al sistema cerebral”, agregó.
– ¿Operación inflada? –
Derrocado tras una cruenta invasión militar estadounidense en 1989, Noriega estuvo preso desde entonces por narcotráfico y blanqueo de capitales en Estados Unidos y Francia, país que lo extraditó en 2011 a Panamá, a donde llegó avejentado y en silla de ruedas.
En su país cumple tres condenas por la desaparición y asesinato en 1985 del opositor Hugo Spadafora; del militar Moisés Giroldi, muerto tras rebelarse contra él en 1989; y por la llamada masacre de Albrook, en la que varios militares murieron después de sublevarse ese último año.
También tiene otros casos pendientes por desapariciones cuando era jefe de la extinta Guardia Nacional y mano derecha del líder nacionalista Omar Torrijos, quien alcanzó el poder tras un golpe militar en 1968.
Sus familiares han pedido sin éxito en reiteradas ocasiones que se le conceda arresto domiciliario definitivo por haber sufrido varios derrames cerebrales, complicaciones pulmonares, cáncer de próstata y depresión.
Noriega “tiene su problema de salud” y está “deteriorado”, pero todo se trata de “una realidad inflada” con el fin de excarcelarlo definitivamente, aseguró a la AFP Rubén Darío Paredes, quien fue su jefe en la disuelta Guardia Nacional y ahora es su crítico.
“Yo espero que algún día el país pueda saber la verdad por parte de Noriega y que las familias que perdieron sus seres queridos puedan liberarse producto de saber la verdad y así cerrar ese capítulo”, dijo el presidente panameño, Juan Carlos Varela, al canal Telemetro.
Tras recuperarse de su operación, Noriega debe regresar al penal, salvo que los médicos recomienden lo contrario y las autoridades judiciales accedan a otorgarle prisión domiciliaria.
“La decisión de las medidas cautelares depende del ”rgano Judicial, y jamás habrá unanimidad y acuerdo porque hay heridas que aún no han sido cerradas”, declaró a la AFP el catedrático en Derecho Constitucional Miguel Antonio Bernal.