Santiago. La Corporación de Acueducto y Alcantarillado de Santiago (Coraasan) inició un levantamiento en el sector Bella Vista para determinar el número de casas afectadas por la explosión de una tubería matriz.
El equipo integrado por el personal de auditoría y del departamento legal de la entidad busca determinar los daños para saber a cuánto ascienden los montos para la indemnización en favor de los propietarios de las viviendas. El levantamiento lo hacen Manuel Morel del departamento legal y Darío Burgos de autoría de la Coraasan. Solo con los efectos provocados por la explosión de los tubos, los daños causados en la casa del periodista Guillermo Saleta se estima superan los dos millones de pesos. Aunque los trabajadores cerraron algunos hoyos provocados cerca de varios hogares, en la calle Fernando Bermúdez, la vivienda habitada por Carmen Ureña y su familia se encuentra a punto de colapsar.
Más afectados
En esas mismas condiciones permanecen otras casas que fueron levantadas encima de las tuberías y que cada vez que se produce una explosión afecta los pisos y las paredes. De acuerdo al informe presentado por brigadistas de la Corporación de Acueducto y Alcantarillado de Santiago, tan solo en el mes de diciembre se registraron 10 roturas en tuberías en distintos puntos de la zona suroeste del municipio, dejando sin agua potable a varias comunidades.
La incapacidad para dar una solución a corto plazo, obliga a que la Coraasan apenas haga los empates o soldaduras en los puntos afectados, a pesar de que se requiere de un cambio de tuberías, debido a que las actuales están obsoletas. Para dejar solucionado totalmente el problema se requiere de una inversión de 600 millones de pesos. De esa cifra, 100 millones serían para un nuevo trazado de tubos en Bella Vista.
Roturas ya han causado desorden en el pasado
Héctor Jáquez, encargado de acueducto de la entidad acuífera, recordó que en 1979, ocasionado por las descargas de la presa de Tavera con el paso del ciclón David, la tubería colapsó, porque se la llevó la crecida del río y en el año 1980 se construyó localmente una en acero y se volvió a poner cercano al río Yaque del Norte y el peligro se mantiene.