VALPARAÍSO, Chile.EFE- Las autoridades chilenas ordenaron hoy el desalojo de las viviendas del cerro Ramaditas, en la parte alta de Valparaíso, donde se ha reactivado el incendio que desde ayer ha arrasado 800 hectáreas, provocado 11 muertos y destruido 1.200 casas, además de 10.000 evacuados.
Los 1.500 bomberos y brigadistas que integran los equipos de emergencia luchan contra reloj para dominar los nuevos focos de incendio que se han avivado con el viento y mantener el resto bajo control, antes de que caiga la noche y deje de operar la veintena de aeronaves que combate las llamas, entre helicópteros e hidroaviones.
“Hay algunos lugares donde ha rebrotado y se está trabajando”, declaró la presidenta, Michelle Bachelet, durante un recorrido por algunos de los cerros afectados, en tanto que la Armada atribuyó la situación al viento y las adversas condiciones meteorológicas.
El Centro Meteorológico de la Gobernación Marítima de Valparaíso, ciudad portuaria situada a 120 kilómetros al oeste de Santiago, indicó que la previsión es que el viento, que actualmente alcanza los 18 kilómetros por hora, vaya amainando, especialmente a partir de la medianoche (03.00 GMT del lunes).
El combate al fuego se concentra en estos momentos en el cerro Ramaditas, una zona boscosa muy próxima a un sector habitado, donde se abrió un frente de fuego de 4,2 kilómetros en cuya extinción trabajan siete brigadas.
El director ejecutivo de la Corporación Nacional Forestal (Conaf), Aaron Cavieres, informó a CNN Chile que hasta el momento ningún brigadista ha resultado herido durante las labores de extinción de este devastador incendio, que comenzó la tarde del sábado en un área forestal rápidamente se propagó a cinco cerros habitados.
En línea con lo expresado por otras autoridades, el responsable de la Conaf señaló que éste es el peor incendio de la historia de Chile en el que se han visto afectados núcleos de población, y.
Durante el día se abrieron dos nuevos frentes, uno que quedó controlado por la mañana y otro, en el cerro Ramaditas, donde se han concentrado tanto los equipos terrestres, apoyados por militares y personal de la Oficina Nacional de Emergencia, como los aviones y helicópteros.
El responsable de la Conaf pidió a la población que estos días no encienda fuego bajo ningún concepto, porque además de la catástrofe de Valparaíso, los brigadistas están combatiendo otros dos incendios en la zona, uno en San Antonio y otro en Pichilemu “que obligan a desviar recursos y también hay que atender”.
La Conaf espera reforzar sus equipos con la llegada mañana lunes de personal procedente de la provincia de Arauco y el martes desde Concepción, a 515 kilómetros al sur de Santiago.
En tanto, la empresa de agua potable Esval anunció este domingo un corte en el suministro en Valparaíso y la vecina ciudad de Viña del Mar, con objeto de atender la demanda provocada por los incendios.
“Somos una ciudad demasiado vulnerable. Hemos sido constructores y arquitectos de nuestros propios peligros”, declaró este domingo al Canal 24 Horas el alcalde de Valparaíso, Jorge Castro, quien se declaró “impotente” ante la emergencia que desde el sábado ha calcinado cinco cerros poblados de la ciudad.
El estado de excepción decretado ayer por la presidenta Bachelet, que pone bajo mando de las fuerzas armadas el mantenimiento del orden público y la seguridad en la zona de catástrofe, se mantendrá en tanto continúe la situación de emergencia, detallaron las autoridades.
Al tiempo que comienza a distribuirse la ayuda para los afectados y los equipos municipales realizan el catastro de daños, los vecinos de Valparaíso han empezado a recoger los escombros de las viviendas destruidas, muchas de ellas aún en ascuas.
Las autoridades han suspendido las clases para mañana en toda la ciudad, situada a 120 kilómetros al oeste de Santiago y donde habitan unas 250.000 personas.