Llegó mayo y con él el calendario cifra en doce meses el tiempo que falta para que escojamos una nueva pareja presidencial o, como andan los acontecimientos, permanezca la actual.
En cualquiera de los escenarios, los presidentes y primeras damas de un país siempre son el centro de atención. Lo que hacen o dicen se convierte, de inmediato, en una noticia que todos los periódicos publicarán, con menor o mayor despliegue, al día siguiente. Incluso decisiones tan simples como llevar un sombrero o cambiar el estilo de la corbata se convierte en información de interés y dominio público.
Siendo esto así, ¿deberían ellos usar las tendencias del momento en cuanto a moda se refiere, utilizar las últimas técnicas de maquillaje y peinado y tener la ayuda de un profesional para el cuidado de su imagen?
Aunque su manera de vestir no determine la labor que desempeñan, no es menos cierto que el cuidado de la imagen de una persona habla mucho sobre su forma de ser y la importancia que le da a su trabajo.
República Dominicana ha tenido 56 presidentes a lo largo de su historia: cuatro solteros, dos obispos y un viudo, al momento de su mandato, por lo que un total de 49 mujeres han ocupado la posición de primera dama de la nación.
A pesar del tiempo transcurrido, no ha habido una evolución significativa en cuanto al cuidado de su imagen, estilo y moda, considera la diseñadora de modas Lissie D’Oleo Puig.
El fashionista Keyther Estévez concuerda con ella, al afirmar que los mandatarios dominicanos han adoptado un estilo “aburrido y anticuado”, porque piensan que si mantienen una línea conservadora y sobria proyectarán una imagen más seria y elegante.
“Tienen un patrón a seguir y no se atreven a romper las líneas de lo que han visto antes, creen que eso es lo que funciona y no necesariamente es así”, enfatiza.
Trujillo: “El rey de la moda”
En la era de Rafael Leónidas Trujillo fueron dos las que ocuparon la posición de primera dama: Bienvenida Ricardo (1930-1934) y María Martínez (1935-1961), aunque esta última fue la única que formó parte activa de las actividades llevadas a cabo por el dictador.
Trujillo fue definido por Estévez como “el rey de la moda, muy comparón, exigente y delicado con su vestuario. Marcó una época de mucho glamour y elegancia”.
En ese mismo orden, la estilista de moda Larissa Yabra manifiesta que Trujillo siempre estaba “de punta en blanco”, ya que en las fotografías se puede observar que era una persona muy elegante y que cuidaba bastante sus atuendos.
En cuanto a la esposa de Trujillo, María Martínez, el fashionista comenta que ella también vestía muy elegante.
Etapa democrática
En el 1962 Juan Bosch gana las primeras elecciones democráticas en el país y su esposa, la cubana Carmen Quidiello, obtiene el cargo de primera dama.
A consecuencia del golpe de estado a Bosch, en 1963 surge el gobierno de Emilio de los Santos, por lo que su esposa Mary Borensen fue primera dama por tan solo unos meses.
A partir de esa fecha, Donald Reid Cabral y su esposa Clara Tejera desempeñaron los cargos de presidente y primera dama desde 1963 hasta 1965.
Luego de la Revolución de Abril de 1965 hubo una crisis de gobernabilidad. Durante ese período fueron presidentes y primeras damas José Rafael Molina Ureña (1965) y Flor Pulgar; Francisco Alberto Caamaño Deñó (1965) y María Paula Acevedo; Antonio Imbert Barreras (1965) y Guarina Tesón; y Héctor García Godoy (septiembre 1965 – mayo 1966) y Matilde Pastoriza Espaillat.
La venezolana Renée Klang de Guzmán, esposa del presidente Antonio Guzmán Fernández (1978-1982) y reconocida como la primera dama por excelencia del país, también era una mujer muy elegante.
“En sus años mientras fungía como primera dama, supo llevar un estilo elegante y encantador que desprendía gentileza”, destaca D’Oleo Puig al referirse a Klang de Guzmán.
Jacobo Majluta fue presidente y Ana E. Villanueva fue la primera dama desde julio del 1982 hasta agosto de ese mismo año. Mientras que Salvador Jorge Blanco y Asela Mera de Jorge ocuparon el cargo desde 1982 hasta 1986.
Para los estilistas, ninguno de ellos resaltó por su forma de vestir, ya que mantuvieron el mismo estilo conservador de la mayoría de los gobernantes dominicanos y no se arriesgaron a marcar la diferencia con sus atuendos.
Joaquín Balaguer: el más conservador
Los expertos en el tema de la moda mencionan al presidente Joaquín Balaguer por su elegancia. Él utilizaba los colores azul marino y gris en diferentes tonalidades.
“Joaquín Balaguer desde joven vestía de chaqueta y corbata en color predominantemente negro y gris, siempre sobrio y conservador. Sus sombreros le añadían distinción en cuanto a su estilo muy personal. El negro, gris, traje sastre y corbata son sinónimos de elegancia”, destaca D’Oleo-Puig
En el caso de Balaguer, el rol de primera dama fue asumido por su hermana, Emma Balaguer, quién no resaltó tanto por su manera de vestir como lo hizo su hermano.
Las chacabanas de Hipólito Mejía
El presidente Hipólito Mejía (2000-2004) se arriesgó y se diferenció de los demás por el uso de chacabanas. “Hizo de la chacabana su pieza predilecta en el 90% de los casos”, señala D’Oleo Puig.
La diseñadora agrega que Mejía añadió un aire más relajado y casual al puesto, con el uso a menudo de este tipo de vestimenta.
“Tú lo asimilas de una vez por ese tipo de vestuario, los demás son lo mismo. No tienen un sello personal, tú los clasificas y los ves iguales”, manifiesta Estévez.
Ambos consideran que con el uso de este tipo de piezas, además de los sombreros que también utilizaba en ocasiones, Mejía marcó un estilo diferente a los demás mandatarios que ha tenido el país.
Sin embargo, su esposa Rosa Gómez siguió el mismo patrón de sus antecesoras. Ella utilizaba el mismo tipo de conjunto de chaqueta y falda que estamos acostumbrados a ver en las que ocuparon ese cargo antes que ella.
Margarita Cedeño de Fernández y sus sombreros
Durante sus años de primera dama, la esposa de Leonel Fernández Reyna (2004-2012), Margarita Cedeño de Fernández, también se arriesgó y se caracterizó por utilizar sombreros muy a menudo.
Aun así, según los estilistas, no usaba los sombreros indicados para ella ni para el momento en que los utilizaba. “Se quiso identificar con eso, pero no eran los correctos para ella, para su físico”, expresa Estévez.
Mientras que Yabra asegura que “muchos de ellos no fueron acertados, ya que competían con el resto de su vestuario o eran utilizados en momentos inoportunos”.
En cuanto al uso de estampados, el fashionista considera que no le favorece, así que le recomienda utilizar colores y estampados que no tengan “mucha información, porque le da volumen a su cuerpo que no necesita”.
Resalta que Cedeño de Fernández, la única primera dama que ha sido electa vicepresidenta, debe usar colores estratégicos que disimulen algunas partes de su cuerpo para moldear más su figura. “Deben ser un poco oscuros, pero no azul marino sino un poco más oscuros”.
Como ejemplo menciona el azul royal, que es alegre pero mantiene lo oscuro, verde botella y otros colores que tengan una base oscura.
Cándida Montilla de Medina: ¿Es elegante?
Las expertas admiten que cuando hablamos de elegancia a la primera que se debe mencionar es la actual primera dama, Cándida Montilla de Medina, esposa del presidente Danilo Medina.
Ellas consideran que ha sido la más acertada en cuanto a su forma de vestir. “Ha llamado la atención de los medios locales e internacionales por su forma elegante de vestir. Se ha mejorado mucho el entalle y selección de sus prendas, así como los colores, los cuales ajustan muy bien con su silueta estilizada y tono de piel”, señala D’Oleo Puig.
Piensa que la actual pareja ha puesto cuidado en su imagen, utilizando formalidad y calidad en su vestuario, elegancia y carisma.
“La actual primera dama ha sido la más acertada en cuanto a vestir a acorde al momento, utilizando colores favorecedores y piezas para su tipo de cuerpo”, expresa Yabra.
En cambio, Estévez explica que Cándida de Medina maneja una imagen limpia, pero que no se ve moderna y sofisticada.
“Muchos de sus looks no son favorecedores para su físico o su contextura física, no la ayudan a resaltar lo mejor que ella tiene”, considera.
También indica que es una mujer joven, pero que se ve más adulta por su forma de vestir, y le recomienda usar muchos colores tropicales y pastel, debido a que le favorecen bastante.
Del mismo modo, comenta que debe utilizar un toque de estampado, dependiendo al tipo de actividades que asista. “Utiliza pocos estampados, pero me gusta cuando los utiliza porque estamos en un país tropical y ella es una mujer muy elegante, pero no le han sacado el mayor de los provechos a esa elegancia que ella tiene”, opina el estilista.
Jackie Kennedy y Michelle Obama: Ejemplos a seguir
Jacqueline (Jackie) Kennedy, esposa del presidente estadounidense John F. Kennedy, es recordada y exaltada por los diseñadores, estilistas y fashionistas por haberse convertido durante sus años de primera dama en un ícono de la moda.
Sin embargo, Estévez afirma que ninguna de las primeras damas que ha tenido República Dominicana ha conseguido sobresalir del montón por su manera de vestir como lo hizo Jackie.
“En cuanto a su imagen de moda, yo diría que aún no hemos tenido una primera dama como la esposa de Kennedy”, explica.
Con esa opinión coincide D’Oleo Puig, quien asegura que ella es el ejemplo eterno de una fashionista aficionada por excelencia, debido a que sentó las bases para una sociedad de mujeres distinguidas por su gracia y encanto.
“Localmente en la política todavía no hemos tenido un ícono de moda al estilo Jackie Kennedy, pero sé que hay capacidad para ello”, señala.
Además, los expertos resaltan a la actual primera dama de Estados Unidos, Michelle Obama, y al presidente Barack Obama, por considerar que ellos han marcado tendencia por la forma de tratar su imagen ante los demás.
“La primera dama de Estados Unidos es una mujer moderna, pero sin llegar a los extremos de ser fashionista o súper vanguardista. Tú la ves actualizada, con los cortes de pelo del momento, las técnicas de color en el cabello, con las tendencias en la ropa, con los prints de la ropa y con los cortes que se lleva en cualquier pasarela, pero adecuado a una primera dama”, apunta Estévez.
Yabra también expresa que un buen ejemplo a seguir es el presidente Obama y la primera dama Michelle. “Podemos ver como sus vestimentas van acorde con las actividades, ya sean formales o informales, y siempre manteniendo una imagen adecuada”.
Recomendaciones para la pareja presidencial
Los fashionistas recomiendan a la primera dama buscar un profesional que la ayude en cuanto a su cabello, su maquillaje y su vestuario, ya que entienden que la imagen dice mucho de las personas.
“Es importante contar con un asesor de imagen que se encargue de las piezas adecuadas, partiendo de los distintos tipos de cuerpos, del peinado y el maquillaje correcto, en el caso de la primera dama. La piel se sobrecarga por los constantes productos, por lo que se requiere de tratamientos y procesos para cuidarla”, manifiesta Yabra.
Mientras que D’Oleo Puig cree que el peinado, maquillaje y vestimenta deben seguir una línea clásica y elegante, y que el vestuario debe ser de la más excelente calidad y de costura impecable, para transmitir confianza, seguridad, liderazgo y entereza de carácter.
En el caso del presidente, le exhorta utilizar traje sastre de alta calidad y entalle perfecto, camisa de botones con cuello firme y corbata o corbatín de buen gusto, en colores sólidos o rayas diagonales.
“Le resta autoridad y nobleza a un presidente de una nación presentarse ante el mundo con un traje de solapa triste y mal entallado y una corbata con flores explosivas; y a su lado una esposa con un traje corto de tejidos de baja calidad y desaliñada”, indica la diseñadora.
Aunque cada pieza tiene su momento y cada actividad, ocasión o reunión tiene un código de vestimenta, Yabra explica que se puede jugar con algunos colores y estampados disimulados.
Estévez concuerda con ella y afirma que un presidente debe siempre usar colores sobrios, por el cargo y el peso que tiene su nombre y lo que ejerce, pero piensa que también puede ser divertido en cuanto al uso de colores y combinaciones.
Los tres consideran que la pareja presidencial debe ser el ejemplo a seguir para su pueblo, y que por tanto es aplaudible que ambos marquen la diferencia y que sean arriesgados de forma acertada y positiva con su manera de vestir, siempre respetando los códigos de vestimenta para cada ocasión.
Falta a esperar si dentro de un año tendremos un presidente y una primera dama que produzcan noticia no solo por sus discursos y acciones sino también por sus guadarropas.