Un equipo de investigadores de la Universidad de Newcastle en Reino Unido ha diseñado una prótesis de nueva generación que integra visión artificial para ver el entorno y poder reaccionar de una manera autónoma ante los estímulos. Gracias a esto, la extremidad está preparada para que funcione sin necesidad de pensar, tal y como sucede con los movimientos automáticos naturales.
Las aplicaciones médicas de la tecnología tienen resultados asombrosos con el potencial de mejorar sustancialmente el nivel de vida de todo tipo de pacientes. Las personas amputadas son unas de las beneficiarias de esta simbiosis y los últimos avances están consiguiendo prótesis biónicas cada vez más parecidas a las extremidades humanas que incluso se pueden controlar con la mente.
La propuesta de este equipo va un paso más allá y ya no es necesario que el individuo intervenga, sino que la prótesis puede funcionar de manera autónoma. Para el desarrollo de su mano biónica han empleado redes neuronales entrenadas para reconocer cuándo es necesario agarrar distintos objetos.
Por ejemplo, se muestra al ordenador muchas imágenes del mismo palo en diferentes ángulos y orientaciones, así como con distintos fondos e iluminaciones, para que la máquina pueda aprender todo lo que tiene que saber para cogerlo en cualquiera de las circunstancias planteadas. El sistema agrupa los objetos por forma y orientación, lo que le permite evaluar y recoger con precisión incluso las cosas que no había visto antes.
“Lo bueno de este sistema es que es mucho más flexible y la mano es capaz de recoger objetos nuevos”, explica Ghazal Ghazaei, autora principal del estudio. “Gracias a esto, las personas amputadas podrán coger una variedad de cosas sin esfuerzo en la vida cotidiana”.
La tecnología ya ha sido probada con un pequeño grupo de voluntarios amputados, y en la actualidad los investigadores están trabajando con los expertos para que puedan continuar los ensayos con los pacientes del Hospital Freeman de Newcastle.