Desde hace un año y siete meses, cuando el presidente Danilo Medina recorrió las estaciones de la línea 2-B del Metro de Santo Domingo, los munícipes de Santo Domingo Este han estado esperando su inauguración, por lo que anhelan que el anuncio del mandatario de continuar su extensión no quede en promesa.
Medina anunció que para este 2018 concluirá la línea 2-B del Metro, que comunica a través de un puente sobre el río Ozama, el Distrito Nacional con la Zona Oriental, y de la cual solo se han construido cuatro estaciones y ninguna en funcionamiento.
La urgencia de que se ponga en funcionamiento la obra y de que llegue hasta San Luis, como se anunció hace cuatro años, es porque el tránsito y transporte es caótico en la zona, además de los atracos que afectan a los que tienen que cruzar el puente Francisco del Rosario Sánchez (de La 17).
Consuelo Díaz, residente en ese municipio, considera que la mejor decisión que puede tomar el Presidente de la República es terminar la línea 2B como se anunció y así beneficiar a los más pobres de esa demarcación.
“Las personas de este municipio necesitan el Metro, porque trabajan la mayoría de aquel lado de La 17 y tienen que pagar carros, y es muy difícil por los tapones y además hay muchos atracos”, aseguró. Asimismo, Julián Rodríguez, residente en Hainamosa, dijo que en todo el municipio hay un caos en el tránsito por lo que la línea 2 del Metro debe extenderse a toda la demarcación.
“Es cuestión de educación y un esfuerzo político, pero creo que le contribuye mucho a los sectores aledaños, San Luis, San Isidro; que no sea solo inaugurado, sino que se extienda, porque el dejarlo ahí sería beneficiar solo a una parte de la población del municipio”, indicó. En la obra, que tiene un costo aproximado de 385 millones de dólares, tanto en la estructura del puente sobre el río Ozama como en las cuatro estaciones, se observan algunos obreros, pero permanecen cerradas.
Para la conclusión de la obra se aprobó un préstamo de 124.4 millones de euros en diciembre del 2016, para beneficiar con la extensión del sistema a cerca de 948,000 habitantes.
Deterioro
Las líneas uno y dos del Metro siguen deteriorándose a pesar de las diversas denuncias de pasajeros que utilizan ese medio de transporte cada día.
La falta de iluminación, deterioro de pintura, ascensores y escaleras eléctricas apagadas son solo algunos de los problemas que se observan en ese sistema.
La línea 1, construida con una inversión de US$700 millones e inaugurada en enero del 2009 por el entonces presidente Leonel Fernández, es la que menos problemas presenta.
Ayer en la estación de transferencia entre línea 1 y 2, estación Juan Pablo Duarte, tenía las escaleras eléctricas apagadas.
Asimismo, en la línea 2A, que va desde la Luperón hasta el puente de La 17, el mismo problema se observó en la María Montez, del kilómetro nueve de la Duarte; la Francisco Gregorio Billini, en la calle Doctor Defilló; la Ulises Francisco Espaillat, en la Winston Churchill y la Freddy Beras Goico, en la Lope de Vega. De acuerdo con los usuarios (más de 250,000 personas circulan por ambas líneas cada día) el deterioro del Metro se debe a la falta de mantenimiento y una evidencia de ello es que hay varias lámparas de los techos dañadas desde hace meses.