El presidente de Alianza País, Guillermo Moreno, consideró hoy que la escogencia de Vinicio Castillo Semán como miembro de la Cámara de Diputados, en sustitución de su hermano Pelegrín, es antidemocrática, carece legitimidad y no representa la voluntad popular. Según Moreno, el procedimiento mediante el cual los partidos se encargan de llenar las vacantes que se generan en el Congreso constituye una deformación de los cimientos mismos de la democracia, en perjuicio de la soberanía popular.
“Un diputado puesto así, se representa a sí mismo y a sus intereses, pero no a la ciudadanía. Un diputado llevado así al Congreso carece, él y las leyes que elabore, de legitimidad”, resaltó el dirigente político mediante un comunicado enviado a los medios de comunicación.
En referencia a la Fuerza Nacional Progresista y a otras organizaciones que incurren en prácticas ilegítimas como la denunciada, Moreno sostiene que, más que de partidos, se trata de castas políticas enquistadas en el juego de poder, sin base social. Estas castas, dijo, son formaciones políticas que participan aliadas a partidos tradicionales a cambio de que les cedan cuotas de poder.
“Entonces ¿de qué democracia hablan? ¿de cuál institucionalidad?”, se pregunta el presidente de Alianza País, seguro de que a la renuncia de un legislador debe seguir un proceso de votación para que sea la ciudadanía y no los partidos la responsable de elegir, democráticamente, a su nuevo representante.
“En la democracia, el pueblo soberano, en principio, se da su gobierno mediante representación. Los gobernantes-representantes deben ser electos por el soberano en elecciones pulcras, libres, participativas”, expresa el dirigente en su escrito.
A continuación el texto íntegro compartido por Guillermo Moreno.
¿De qué democracia?
Por Guillermo Moreno
La democracia como sistema de gobierno se fundamenta en la soberanía popular.
En la democracia, distinto a las monarquías, el soberano es el pueblo.
En la democracia, el pueblo soberano, en principio, se da su gobierno mediante representación.
Los gobernantes-representantes deben ser electos por el soberano en elecciones pulcras, libres, participativas.
Los representantes, al ser electos, se hacen depositarios de una parte alícuota del poder del soberano.
Los representantes por tanto gobiernan por delegación y con un mandato que le ha entregado el soberano en el acto de elección.
¿Cómo explicar entonces que un diputado, electo por los ciudadanos, al renunciar, se sustituya por vía de una terna de miembros de su partido?
¿Cómo y cuándo fue que los partidos se convirtieron en el soberano? ¿cuándo fue que se hicieron depositarios de la soberanía popular?
Permitir que sea de esa forma como se ocupe la vacante de un diputado, u otro representante, es hacer añicos la soberanía popular.
Un diputado puesto así, se representa a si mismo y sus intereses, pero no a la ciudadanía.
Un diputado llevado así al Congreso carece, él y las leyes que elabore, de legitimidad.
Se trata de una deformación de los cimientos mismos de la democracia en perjuicio de la soberanía popular.
Producida la renuncia ¿por qué no organizar elecciones en la circunscripción para que los ciudadanos del lugar elijan un nuevo representante?
A lo anterior agregue que en la especie, más que de partidos se trata de castas políticas enquistadas en el juego de poder, sin base social.
Se trata de formaciones políticas que participan aliados a partidos tradicionales a cambio de que le cedan cuotas de poder.
Entonces ¿de qué democracia hablan? ¿ de cuál institucionalidad?
