La fecha, el lugar, la música, las flores, la tarta… Sin prisa, pero sin pausa, así es como la Casa Real británica ha desvelado durante los últimos cinco meses detalles de la boda del príncipe Enrique y Meghan Markle, el acontecimiento más esperado del año para el que apenas queda una semana.
Tras meses de especulaciones y “chismorreos”, el pasado 27 de noviembre, la pareja anunció su compromiso a bombo y platillo, a las puertas del palacio de Kensington.
“Dulce, natural, romántica y sorprendente”, así es como ese día describió la exactriz ante las cámaras de la cadena BBC la proposición de matrimonio que le hizo el príncipe Enrique cuando estaban “asando un pollo”.
El benjamín de Diana de Gales y del heredero al trono británico, el príncipe Carlos, se puso de rodillas y entregó a su novia un anillo diseñado por él mismo con un gran diamante central procedente de Botswana, donde la pareja pasó sus primeras vacaciones al poco de conocerse y el destino que se especula podrían estar barajando para pasar su luna de miel.
Además, el anillo está coronado por dos diamantes de menor tamaño que pertenecieron a Diana, cuyos tres hermanos estarán presentes en la ceremonia del próximo 19 de mayo.
Jane Fellowes, hermana mayor de Lady Di, leerá un pasaje que servirá para “celebrar la memoria” de la fallecida madre del novio, según adelantó el palacio de Kensington.
También la madre de la protagonista de la serie canadiense “Suits”, Doria Ragland, tendrá un papel especial en tan señalada fecha y acompañará a su hija en un recorrido en coche hasta la capilla de San Jorge, en el castillo de Windsor (a las afueras de Londres) donde tendrá lugar el enlace.
El encargado de llevar a Markle hasta el altar será su padre, Thomas Markle, tal y como confirmó la Casa Real, después de que un hermano de la novia, de nombre también Thomas Markle, declarara al diario británico “Daily Mirror” que ésta se “avergüenza” de su familia estadounidense y que había “olvidado sus raíces”.
Markle irá acompañada asimismo de un grupo de niños y niñas que desempeñarán la función de pajes y damas de honor, entre los que se espera se encuentren los hijos mayores de los duques de Cambridge, el príncipe Jorge y la princesa Carlota, de 4 y 3 años.
Los novios han invitado al enlace a 2.640 personas, entre las que no se encuentra ningún político, pero sí 1.200 “ciudadanos de a pie procedentes de todos los rincones del Reino Unido”, señaló el Palacio de Kensington, residencia oficial de los hijos del príncipe de Gales y donde vivirá la pareja después de contraer nupcias.
La ceremonia dará comienzo a las doce hora local (11.00 GMT) y será oficiada conjuntamente por el deán de Windsor, el reverendo David Conner, y el arzobispo de Canterbury, Justin Welby.
La iglesia estará decorada con rosas blancas, peonías y dedaleras, procedentes de la corona británica y también del parque de Windsor, de las que se encargará la florista Philippa Craddock, y, después de la boda, la pareja distribuirá las flores a distintas organizaciones benéficas.
El toque más dulce de la jornada correrá a cargo de la repostera californiana Claire Ptak, dueña de la pastelería “Violet” ubicada al nordeste de la capital británica, que elaborará la tarta nupcial.
El pastel será de limón y flor de saúco y estará recubierto de crema de mantequilla y decorado con flores frescas, una elaboración hecha a base de pastelería orgánica que refleja “los brillantes sabores de la primavera”.
En cuanto a la música, el príncipe Enrique, de 33 años, y su prometida, de 36, han escogido una banda sonora que incluirá góspel y violonchelo.
Según difundió el palacio de Kensington, algunos de los músicos que tocarán en la boda serán el violonchelista Sheku Kanneh-Mason, el coro de góspel The Kingdom Choir y la cantante Karen Gibson.
Markle, para la que éste será su segundo matrimonio, ya que estuvo casada entre 2011 y 2013 con el productor de cine Trevor Engleson, se convertirá tras la boda en ciudadana británica y disfrutará de la doble nacionalidad, junto a la americana.
Se especula con que la reina Isabel II, que por protocolo será la última en llegar a la iglesia, poco antes que la novia, otorgará a la pareja el título de duques de Sussex, aunque no existe confirmación oficial.
Tras la ceremonia, que está previsto tenga una hora de duración, los novios recorrerán en carruaje lugares de la localidad de Windsor como Castle Hill, High Street, Sheet Street, Kings Road, Albert Road, Long Walk para volver, finalmente, al castillo.
La pareja no tendrá una, sino dos recepciones, para celebrar su unión, una para los invitados del festejo y otra para familiares y amigos más allegados.
Ésta última tendrá lugar a partir de las siete de la tarde (18.00 GMT) en la Frogmore House -una casa de campo junto al castillo de Windsor- y en ella ejercerá como anfitrión el padre del novio, el príncipe Carlos.
Los costes de la boda, entre ellos el servicio religioso, la música, la decoración floral y la recepción, serán sufragados por la familia real británica, si bien los gastos del dispositivo de seguridad que se desplegará ese día, correrán a cargo del contribuyente.