La Unidad para la Readecuación de La Barquita y Entornos (Urbe) está inmersa en el proceso de negociación y socialización con las primeras 25 familias de 1,400 que serán retiradas de la franja de riesgo del río Ozama para arrancar con el proyecto Nuevo Domingo Savio.
Pero hasta el momento, los precios fijados de las casas a demoler son rechazados por muchos de los propietarios. Los encuentros iniciaron con un reducido grupo de personas de Los Guandules, barrio que junto a La Ciénaga conforman el sector Domingo Savio.
De acuerdo con el informe trimestral de ejecución de los trabajos, ya fue investigada la situación de pertenencia de las parcelas afectadas así como también la identificación de registro de títulos de propiedad a intervenir. El proceso está a cargo de la abogada Laura Acosta Lora.
Los responsables del proyecto ya cuentan con un borrador de acta administrativa correspondiente a la determinación de los criterios para compensar a los reclamantes afectados por la intervención.
En este mes, Urbe pretende concluir los levantamientos y valoraciones catastrales de las mejoras ubicadas en los terrenos a intervenir en todo el borde del río y abrir un proceso de contratación de transporte de las familias y los enseres.
Sin embargo, Urbe no ha logrado llegar a un acuerdo con la mayoría de las familias a trasladar que aseguran que sus inmuebles tienen mayor valor del precio que les ofrecen. José Benite, citado recientemente a las oficinas de Urbe, rechazó las estimaciones sobre el costo de su vivienda. Dijo que no aceptará la cantidad de dinero que le están ofreciendo por su propiedad. “Mi casita es sencilla, de zinc y madera, pero es mi casa, que construí con mi esfuerzo”, sostuvo.