Varios encargados de revisar equipajes y otros empleados del aeropuerto internacional de San Juan, Puerto Rico, contribuyeron al contrabando de 20 toneladas de cocaína a través de la isla, en actividades ilícitas que se extendieron por 18 años hasta 2016, dijeron el lunes las autoridades.
Esas personas recibieron en múltiples ocasiones maletas cargadas de cocaína para pasarlas sin revisión por el sistema de la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA por sus siglas en inglés) en el aeropuerto Luis Muños Marín, según las autoridades federales.
Un jurado investigador en Puerto Rico acusó formalmente a 12 personas implicadas en el caso, entre ellas seis empleados y exempleados de TSA responsables de la revisión de los equipajes.
De acuerdo con las autoridades, una persona que manejaba el equipaje en el aeropuerto, Javier Ortiz, recibía de los traficantes las maletas con cocaína en el mostrador de facturación y las hacía pasar por las máquinas de rayos X cuyos empleados de la TSA ya estaban de acuerdo.
Una vez que se cercioraba que no había cerca perros de la policía adiestrados para detectar drogas, Ortiz subía las maletas a las aeronaves y después llamaba a un compañero para indicarle que los contrabandistas podían tomar sin peligro al avión, dijo Rosa Emilia Rodríguez Vélez, fiscal federal de Puerto Rico.
José Baquero, director de seguridad de la TSA en Puerto Rico, dijo que la agencia comenzó la investigación como parte de una campaña contra las amenazas internas.
La semana pasada, los integrantes republicanos de la Comisión de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes, dijeron en un informe que la TSA, aeropuertos y aerolíneas no adoptaban suficientes medidas de protección frente a las amenazas de seguridad que personal interno representa: empleados que no pasan por los mismos controles que los viajeros.