SHIP BOTTOM, Nueva Jersey, EE.UU. (AP) — En un momento en que una inusual y monstruosa tormenta seguía una trayectoria que pasaría por gran parte de costa oriental de Estados Unidos, los gobernadores de los estados situados en el corredor de mayor densidad demográfica en el país han declarado estado de emergencia, y los habitantes de comunidades del litoral sopesaban si prestar importancia a las advertencias de lluvia torrencial, fuertes vientos y una acumulación de más de medio metro de nieve.
“¿Sabes cuántas veces te dicen que ésta es la tormenta gigantesca que nos temíamos, pero no resulta ser tan grande?”, comentó Alice Stockton-Rossini mientras empacaba sus cosas para abandonar su casa situada en la comunidad de Ship Bottom, a pocos metros del océano Atlántico. “Me sobrecoge pensar que la gente no preste atención esta vez, pensando que se trata de otra falsa alarma y la única vez que uno tiene que tomarse las cosas en serio, uno no lo haga. Ésta podría ser la grande”, agregó.
El huracán Sandy, que volvió a tomar fuerza el sábado pocas horas después que los meteorólogos dijeron que se había debilitado a tormenta tropical, azotaba todo a su paso procedente desde el Caribe y se calculaba que el martes por la mañana iba castigar la costa de Delaware, donde se encontrará con dos sistemas invernales conforme avanza tierra adentro, lo que crearía una monstruosa tormenta híbrida.
Aun cuando Sandy pierda fuerza y llegue a tierra con una categoría inferior a la de un huracán, la supertormenta combinada podría provocar aflicción a los pobladores de una vasta sección del este norteamericano. Una extensa franja de 1.287 kilómetros (800 millas) del país podría sufrir el embate de vientos de 80 kilómetros por hora (50mph) al margen de la fuerza que traiga Sandy.
Los expertos afirman que la tormenta podría ser más amplia y fuerte que Irene, que provocó daños de 15.000 millones de dólares y podría ser la peor tormenta en la historia de la costa oriental de Estados Unidos. El sábado por la mañana, los meteorólogos dijeron que la fuerza de los vientos de 121 kph (75mph) podría sentirse a una distancia de 161 kilómetros (100 millas) de distancia del vórtice de la tormenta.
A todo lo largo de la costa, las autoridades previnieron a la población para que tome precauciones ante la posibilidad de que haya cortes de electricidad durante algunos días. Varios gobernadores, entre ellos Dannel Malloy de Connecticut y Chris Christie de Nueva Jersey, declararon estado de emergencia. Algunas aerolíneas dijeron que prevén cancelaciones y anunciaron facilidades para los pasajeros que deseen reprogramar sus viajes.
“Prevénganse”, alertó el gobernador de Connecticut, Dannel P. Malloy. “Supongan que estarán en medio de condiciones de inundación, de una manera que nunca han visto en ninguna de las grandes tormentas que hayan ocurrido en los últimos 30 años”.
Se ordenó la evacuación obligatoria en las islas del sur de Nueva Jersey donde se le impuso plazo hasta el domingo por la tarde, y Christie dispuso que todos los casinos de Atlantic City evacúen y que los parques estatales cierren.
“No debemos subestimar el impacto de esta tormenta y no supongamos que los pronósticos estarán equivocados”. Christie dijo el sábado durante una conferencia de prensa sobre la tormenta en North Midletown, cerca de la costa. “Tenemos que estar preparados para lo peor”.
En los Outer Banks de Carolina del Norte caía una lluvia ligera el sábado y los vientos comenzaban a tomar una fuerza hasta el pronóstico de entre 48 y 80 kph (de 30 a 50 mph). La gobernadora Beverly Purdue declaró estado de emergencia en las zonas del litoral y se veía una larga fila de casas rodantes y otros vehículos remolcando lanchas que abandonaban las islas hacia tierra firme.
Después que Irene dejó a millones de usuarios sin electricidad, las empresas no han dejado nada al azar y preparaban cuadrillas de personal que incluía especialista en cortar árboles. El viento amenaza con derribar los tendidos eléctricos y las ramas de los árboles podrían resultar demasiado pesadas por la nieve y desplomarse por el peso excesivo.
La ciudad de Nueva York comenzó a tomar medidas de precaución ante el ominoso pero aún incierto pronóstico. Aún no se ha decidido las medidas que se tomarán con el transporte público.
El servicio subterráneo fue suspendido por completo con Irene, por primera vez a causa del clima. Irene no tocó Manhattan pero afectó Brooklyn con fuerza.
Sandy mató a más de 40 personas en el Caribe, destrozó viviendas y derribó árboles y cables de energía eléctrica.
El sábado por la mañana, la tormenta se hallaba aproximadamente a 250 kilómetros (155 millas) al norte de la isla Gran Abaco en las Bahamas y a 565 kilómetros (350 millas) al sur-sureste de la ciudad estadounidense de Charleston en el estado de Carolina del Sur. Sus vientos máximos sostenidos cayeron por debajo de los 110 kilómetros (70 millas) por hora.
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Dalesio informó desde Kill Devil Hills, Carolina del Norte. Los periodistas de Associated Press Brock Vergakis en Duck, Carolina del Norte; Wayne Parry en Point Pleasant Beach, Nueva Jersey; Frank Eltman en Freeport, Nueva York; George Walsh en Albany, Nueva York; Joe Mandak en Pittsburgh, Kathy Matheson en Filadelfia, Seth Borenstein en Washington y Christine Armario en Miami contribuyeron en la información.