Elon Musk no quiere que sus empleados teletrabajen, y lo ha dejado bien claro en un comunicado interno enviado a los trabajadores de Tesla, en el que señala que el trabajo remoto ya no es aceptable, que los profesionales del fabricante de coches eléctricos deben pasar al menos 40 horas a la semana en la oficina y que, de no estar de acuerdo con esta decisión, tendrán que abandonar la compañía, según informa Bloomberg.
Y no contento con eso, el magnate de origen sudafricano ha dicho a través de su cuenta de Twitter, al ser preguntado por un usuario sobre las personas que piensan que volver a la oficina es algo anticuado, que “ellos deberían fingir que trabajan en otro lugar”. Es decir, Musk considera que el teletrabajo no es productivo y la oficina sí.
La cultura laboral de Musk. El comunicado de Musk supone una nueva evidencia de la cultura laboral extremadamente competitiva y tóxica que se vive en Tesla, de la que ya se ha informado con anterioridad y que él mismo practica consigo: en 2018 afirmó que había llegado a trabajar 120 horas a la semana.
Para empezar, da a entender que sus empleados deben trabajar más de 40 horas a la semana para tenerlo contento. En segundo lugar, en el correo también afirma que trabajar 40 horas en persona “es menos de lo que le pedimos a los trabajadores de la fábrica”. Y en tercer lugar, el tono del escrito es taxativo: o cumples o te largas, no hay espacio para negociar.
Los trabajadores de Twitter tenían razón. El correo filtrado de Musk también evidencia que algunos de los temores de los trabajadores de Twitter tras conocerse la venta de la empresa al magnate, ahora en entredicho, no eran infundados. Además de su manifiesta voluntad de cambiar las políticas de moderación de la plataforma, los empleados de la red social se mostraron intranquilos por la posibilidad de que la compraventa les hiciese perder uno de los avances laborales que más valoran: poder teletrabajar para siempre.
Los trabajadores de Twitter manifestaron entonces su preocupación porque conocían las noticias sobre las exigencias laborales que Musk ha instalado en todas sus empresas, a cuyos empleados exige sacrificar sus vidas personales por la buena marcha de la organización, según Fortune. Ahora, esos temores parece que se confirman, pues, aunque la eliminación del teletrabajo sólo afecta, en principio, a Tesla, es probable que la mala imagen que el magnate tiene del trabajo en remoto también salpique al resto de sus compañías.