Aprovechamos que durante el mes de octubre hemos dedicado esfuerzos a la prevención del cáncer de mama, por eso hoy nos detendremos a tocar este tema tan importante.
La evidencia científica que sugiera la dieta ideal en un paciente con cáncer no es clara. Pero contamos con una serie de estudios que sugieren elementos asociados a la incidencia del cáncer, y otros relacionados a la prevención y manejo del mismo.
El peso corporal. Según el estudio EPIC (European Prospective Investigation into cancer and nutrition) publicado por el journal internacional del cáncer, la obesidad está fuertemente relacionada con el riesgo de desarrollar cáncer de mama en mujeres en la postmenopausia. Resaltaron que la circunferencia de la cadera era un predictor a considerar.
Ingesta de proteínas. El paciente debe considerar la ingesta de proteína en una porción balanceada en al menos las tres comidas principales del día. Hemos notado la atrofia muscular secundaria al agresivo tratamiento (quimio/radioterapia).
Fibra. Se sugiere una ingesta de 35-40 gramos de fibra al día. ¿Cómo nos aseguramos de cumplir con esta porción? Frutas y vegetales diarios!
La ingesta diaria de frutas, vegetales, además de cereales integrales y leguminosas nos asegurarán completar el requerimiento diario de fibra. Según un análisis del centro de cáncer en la Universidad de California, la ingesta de fibra se une a los agentes tóxicos y cancerígenos eliminándolos posteriormente del cuerpo, además sugiere que reduce los niveles hormonales circulantes que se asocian a la progresión del cáncer.
Alimentos orgánicos. “Orgánico” sugiere ausencia de pesticidas y/o fertilizantes en los alimentos, y reducir el consumo de alimentos procesados se asocia a la prevención del cáncer. Revise la información disponible con respecto a los alimentos con los que utilizan mayor proporción de pesticidas.
Reducir ingesta de grasas. La evidencia sugiere que reducir alimentos altos en grasas saturadas y trans (carnes rojas, frituras, bollería, helados, pastelería, etc.) y aumentar la ingesta de grasas “buenas” (aceite de oliva, pescados, aguacate, nueces) es una recomendación principal en el manejo del paciente con cáncer.
Ejercicios. Realizar actividad física con regularidad de forma rutinaria, se asocia a la prevención y al mejor pronóstico del paciente con cáncer.
Trabajemos diariamente en acercarnos a una rutina de alimentación saludable. Todos los factores antes mencionados contribuyen a prevenir enfermedades crónicas como el cáncer, la enfermedad cardiovascular y diabetes mellitus.