
Los comicios deberán renovar 36 de las 100 bancas del Senado, donde el Partido Demócrata, de Obama, tiene actualmente una estrecha mayoría sobre el conservador Partido Republicano (53 bancas a 45, con dos legisladores considerados independientes).
Los votantes decidirán también la composición de la totalidad de la Cámara de Representantes (diputados), donde los Republicanos ostentan una clara mayoría que, de acuerdo con las encuestas, no tendrán ningún problema en mantener o incluso aumentar.
De forma que la batalla por el Senado adquiere una importancia dramática para que Obama conduzca el gobierno en los dos años que le restan, pues una derrota de los demócratas en esa cámara se convertiría en un enorme dolor de cabeza para la Casa Blanca.
Los estados donde se decidirá la elección no tienen una significativa comunidad de votantes hispanos, pero la votación dará la pauta del peso que esa comunidad tendrá en las presidenciales de 2016, y marcará la suerte con la que contarán en los próximos dos años asuntos de su interés.
Unos 7,8 millones de latinos votarán en las elecciones legislativas, más de un millón más que hace cuatro años, según una proyección de la agrupación hispana Naleo.
– “Voten”, pidió Obama –
“El voto hispano puede ser un factor desestabilizador en varias elecciones en estados donde la disputa está muy equilibrada”, dijo a la AFP Luis Miranda, estratega del Partido Demócrata y ex asesor de la Casa Blanca.
Uno de esos ejemplos, apuntó, es el estado de Colorado, donde se disputa una plaza al Senado (actualmente en manos de los Demócratas) y donde, según las encuestas, los candidatos de los dos partidos están empatados. Para Miranda, el voto hispano en ese escenario es decisivo.
La importancia del voto hispano es de tal magnitud que el jueves en la noche, durante una ceremonia del Instituto del Caucus Hispano del Congreso (CHCI), el propio presidente Obama se encargó de mandar un mensaje que más parecía un pedido: voten.
“Para avanzar más allá de lo que yo puedo hacer de forma limitada, vamos a necesitar legislación. Y para tener esa legislación más rápido que tarde, hay otra cosa que necesito que hagan (…): votar”, dijo Obama a representantes de la comunidad hispana.
El voto hispano y Obama se tornaron aliados desde la reelección del presidente en 2012, cuando lanzó al país la promesa de llevar adelante una profunda reforma del sistema migratorio, que definió como “quebrado”.
– Definir los próximos dos años –
Desde entonces, el Senado aprobó una amplia reforma de todo el sistema migratorio, pero el proyecto quedó empantanado y sin expectativas en la Cámara de Representantes, donde la mayoría republicana simplemente se negó a someterla a votación.
Sin esperanzas de que los diputados voten el proyecto de reforma migratoria, Obama adelantó que usaría sus “poderes ejecutivos” para resolver problemas puntuales, pero posteriormente decidió postergar el uso de esos poderes hasta después de las elecciones de noviembre.
“Es importante tener en cuenta el impacto que estas elecciones podrían tener para los temas que son esenciales para la comunidad hispana, e inclusive en general para los dos próximos años del gobierno”, dijo Miranda a la AFP.
“No se descarta incluso que quieran iniciar un juicio político contra el presidente. Pero el presidente ha dicho que usará sus poderes ejecutivos con relación a la situación migratoria, pase lo que pase en las elecciones”, dijo.
Entre las medidas al alcance de Obama se esperan iniciativas para reducir el masivo volumen de deportaciones diarias de inmigrantes ilegales, que llevó a grupos de defensa de los inmigrantes a llamar a Obama “Deportador en Jefe”.