SANTO DOMINGO. El impacto de la serie final dejó el baloncesto del Distrito Nacional bien posicionado. Encumbrado. Aun cuando la ronda regular dejó muchos huecos en términos de asistencia, esa es la tarea pendiente que tendrá la dirección de la Asociación de Baloncesto del Distrito Nacional (Abadina) para el 2018.
El rescate del baoncesto, en los últimos dos años, en términos organizativos, pasa con buenas notas, luego de que el baloncesto distrital recesara por un par de años. Pero la organización no es lo único, es solo una pata; el factor comercialización, instalación y calidad competitiva son elementos valiosos.
Los puntos que brillan en la estructura del montaje son para mantenerlos. Los destaca el presidente de la Abadina, José P. Monegro.
Uno de esos principales logros fue “retornar la confianza” en los fanáticos, explica Monegro. “Se vio cómo terminamos con la serie a casa llena y no hubo conflictos de consideración”, un punto notable éste, pues en años anteriores era difícil una final sin alborotos en las gradas
“Queríamos, que las personas tengan confianza”, dijo Monegro. Afortunadamente así fue.
El esfuerzo positivo que hcieron los distintos clubes en presentar buenos equipos, permitió que “fuera un torneo bien equilibrado”, a tal punto que se requirió del último partido de la regulara para definir los que iban a la ronda semifinal. “No íbamos a una guerra, sino a disfrutar”, dijo Monegro y eso se vio, insiste, en “los seis partidos a casa llena y no se produjeron incidentes”.