Desde que se anunciara la construcción del TMT (Thirty Meter Telescope) en octubre en 2014, hemos seguido de cerca los detalles de esta hazaña que se ha enfrentado a duros problemas por plantear desde un inicio su ubicación en la cima del Monte Mauna Kea, un lugar que es considerado sagrado por los habitantes de Hawái.
El proyecto fue autorizado por la Dirección de Recursos Naturales de Hawaii (BLNR) en abril de 2013, pero en diciembre de 2015, después de una dura batalla entre la organización responsable del TMT y los habitantes de la zona, la Suprema Corte de justicia de Hawái anuló los permisos de construcción del TMT, lo que significaba que el proyecto se suspendía y su futuro se tornaba incierto. Pero hoy tenemos buenas noticias.
La isla de La Palma en Canarias sería el sitio elegido
Después de que la junta administrativa del Observatorio Internacional TMT no pudiera llegar a un acuerdo con los habitantes que resguardan la zona del Monte Mauna Kea, el proyecto se mantiene bloqueado desde 2014, un proyecto que representa una inversión de 1.400 millones de dólares y el que apunta a ser el telescopio terrestre (ELTs) más potente del mundo.
Los nativos hawaianos consideran que la cima del Monte Mauna Kea es tierra sagrada, donde muchos de sus antepasados se encuentran enterrados, por ello la construcción de una estructura tan grande sería una profanación, y a pesar de que este montaña alberga otros trece observatorios desde la década de 1970, los hawaianos buscan preservar el sitio para la práctica de sus tradiciones y el respeto para su cultura.
La junta administrativa no quiere cancelar el proyecto y ahora están confirmando que se retiran de forma definitiva de las negociaciones con los hawaianos, así como para informar que darán inicio al ‘Plan B’ que contempla la construcción del TMT en la isla de La Palma en Canarias.
A pesar de que las Islas Canarias son consideradas el segundo mejor lugar para la astronomía, después del Mauna Kea, La Palma presenta algunos inconvenientes como el sacrificar 2.000 metros de elevación que afectaría la resolución de alcance, así como las longitudes de onda infrarrojas medias necesarias para observar los centros galácticos.
Por lo anterior, aún no está garantizado el cambio de ubicación al 100%, ya que antes deberán analizar a fondo los beneficios y costes, porque la idea principal del TMT era liderar la astronomía en la década de 2020. Este telescopio será capaz de realizar astronomía óptica e infrarroja así como estudiar el origen del universo y exoplanetas, además de que es el único ELT que se planea construir en el hemisferio norte. Por ello se trata de una herramienta indispensable para la adquisición de imágenes de gran calidad del espacio.