GINEBRA.- La presidenta de la Comisión Global de Políticas sobre Drogas, Ruth Dreifuss, consideró hoy que EEUU todavía sueña con un mundo libre de drogas, algo que “es una ilusión” teniendo en cuenta la crisis de opiáceos y el “fracaso” de la política de control de drogas en los últimos cincuenta años.
Ante la crisis de los opiáceos en EEUU, Dreifuss dijo en un encuentro con medios que ese país “en su discurso oficial todavía sueña con un mundo libre de drogas, lo que es una ilusión teniendo en cuenta todo lo que hemos visto en el pasado” y que ha sido infructuoso en el control de drogas.
La expresidenta de Suiza en 1999 y miembro del Gobierno helvético entre 1993 y 2002 lidera esa organización formada por 24 figuras del mundo político, sanitario, cultural y multilateral, como los expresidentes de México, de Chile y Colombia Ernesto Zedillo, Ricardo Lagos y César Gaviria, el escritor Mario Vargas Llosa o el ex alto representante de la Unión Europea (UE) Javier Solana.
Ese grupo aboga por un nuevo enfoque en la política del control de drogas, basado en la descriminalización, los derechos humanos y el acceso a los servicios de salud y tratamiento, entre otros, indicó hoy Dreifuss en un encuentro con medios.
En su opinión, el presidente de EEUU, Donald Trump, “tardó demasiado” en declarar la emergencia de salud pública en octubre pasado para hacer frente a la crisis de opiáceos en su país.
Más de 42.000 personas murieron en 2016 en EEUU por los opiáceos, tanto por la adicción derivada de prescripciones médicas o la compra en el mercado negro, como por los que se preparan “en la calle” mezclados con heroína o cocaína e incluso con metanfetaminas.
“Cuando empezó la epidemia hubo un freno a las prescripciones, de manera que aquellos que ya estaban dependientes de los opiáceos se pasaron al mercado negro, lo que muestra cuán fácil es ir de un mercado lícito a uno ilícito”, señaló Dreifuss.
En su opinión, tampoco ayuda que Trump haya instado en marzo a aplicar la pena de muerte para los narcotraficantes “realmente malos” y a endurecer las sentencias por ese crimen, en un intento de combatir la epidemia de adicción a opiáceos que cada día deja 175 muertos por sobredosis en EEUU.
Dreifuss señaló que la respuesta a una emergencia así puede ser la que se aplicó en Europa en los años 80 y 90 para luchar contra la heroína mediante sitios seguros para el consumo y la inyección de la droga, posibilidades de analizar las sustancias para ver su pureza y servicios de tratamiento para los drogodependientes.
La expresidenta suiza vivió de cerca el problema “del parque de las jeringas” en Zúrich, que fue el mayor supermercado de las drogas en Europa en los años 80 y 90.
Dreifuss, que aboga por un enfoque estatal y local en lugar de federal al problema, señaló además que también Canadá se ha visto afectada por la crisis de los opioides y el Reino Unido “asimismo empieza a sentirla”.
“Esto es un nuevo reto para las autoridades de salud pública”, sostuvo la política suiza, mientras que la exprimera ministra de Nueva Zelanda (1999-2008) Helen Clark, que se sumó hace un año a la Comisión Global de Políticas sobre Drogas, sostuvo que criminalizar a las personas y estigmatizarlas “es el mayor obstáculo al acceso a servicios” y a la implantación de medidas eficaces.