En ocasiones anteriores nos habíamos referido de manera responsable y con el objetivo de llamar la atención de las autoridades, en torno a lo poco que estaba siendo aprovechado el Centro Cultural de las Telecomunicaciones que opera en el antiguo edificio de la Dirección General de Telecomunicaciones (DGT), de la Zona Colonial.
Se trata de una inversión de más de RD$ 400 millones de pesos que el Estado dominicano realizó en la adquisición de equipos de diferentes generaciones de las Telecomunicaciones y en la restauración del edificio de la desaparecida DGT, el cual se encontraba abandonado desde que fue creado el Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (INDOTEL) en 1998 mediante la ley 153-98
La intención de crear el Museo de las Telecomunicaciones fue una maravillosa idea del entonces presidente de INDOTEL, el periodista y abogado José Rafael Vargas, pero no se planificó qué hacer con esa institución que a menos de dos años de su inauguración se convirtió en un elefante blanco porque no se le dio seguimiento en base a un programa mínimo de difusión a través de las universidades, colegios e instituciones educativas y culturales de nuestro país.
Se creyó que por el solo hecho de que el Museo de las Telecomunicaciones fuera construido en la Zona Colonial iba a permanecer abarrotado de los turistas que acostumbran a visitar nuestros monumentos coloniales y al parecer ese fue otro de los fracasos que se cometió con esa errada estrategia que en un momento determinado lo hizo tocar fondo.
Lo cierto es, que ni los turistas que visitan la Zona Colonial ni el público dominicano que desconocía ese Museo por falta de una buena promoción, acudían a conocer la riqueza que se esconde en la vieja edificación de la DGT y por lo visto se ha querido rescatar ese patrimonio cultural de nuestro país.
Hasta el momento de su relanzamiento por parte del INDOTEL, hace apenas unos días, el Museo de las Telecomunicaciones lucia solo y abandonado, la gente no lo visitaba y los equipos que le costaron al Estado dominicano una gran millonada se estaban dañando, inclusive los modernos salones cinematográficos y los estudios de televisión se habían afectado por el desuso.
En fin, el Museo de las Telecomunicaciones se había convertido en un elefante blanco, el cual durante su existencia no le había generado al Estado ni siquiera para pagar la factura energética, debido a que en muchas ocasiones que le visitamos lo encontramos a oscuras, por alegados problemas en el fluido eléctrico.
Gracias a la oportuna intervención de las nuevas autoridades de INDOTEL, encabezadas por su presidente Gedeón Santos, podremos decir que la inversión que hizo el gobierno dominicano en la construcción del Centro Cultural de las Telecomunicaciones ha sido rescatada, porque al paso que iba en corto tiempo desaparecería por descuido y falta de iniciativas.
Ahora, lo que se impone es que además de las medidas que se han tomado para otorgar facilidades a los centros educativos de todo el país para que los estudiantes puedan visitar al Centro Cultural de las Telecomunicaciones, se designe un personal especializado que permita enseñar adecuadamente a los visitantes y que se convierta en el mejor garante de vigilancia y protección de ese lugar.
En tanto que esa iniciativa debe ir acompañada de una amplia difusión de la imagen, propósitos y objetivos del Centro Cultural de las Telecomunicaciones, en los diferentes medios de comunicación, como forma de acercarla a la comunidad y para que ésta a su vez la conozca como la alternativa recreativa y cultural que es en su esencia.