El régimen cubano rechazó este miércoles en Ginebra las peticiones de respeto a las libertades fundamentales, negó que impida viajar a los opositores y defendió su particular visión de los derechos humanos.
La Habana se sometió por tercera vez al Examen Periódico Universal (EPU) del Consejo de Derechos Humanos y escuchó las recomendaciones de los países miembros, entre ellas la ratificación de los pactos internacionales de Derechos Civiles y Políticos, Económicos, Sociales y Culturales, que firmó en la ONU en 1988.
Las recomendaciones mostraron la división en la escena internacional respecto al régimen. Gran parte de los países de África, Asia y Medio-Oriente, así como China y Rusia, se limitaron a pedir al Gobierno que continúe los esfuerzos en el plano de la educación, la cultura, la salud, los derechos de la mujer, la lucha contra la trata de personas, la discriminación racial y de género.
En cambio, los miembros de la Unión Europea, Estados Unidos, Canadá y Japón, entre otros, llamaron a La Habana a respetar las libertades de expresión y asociación, dejar de acosar a los periodistas independientes y a los defensores de derechos humanos. Asimismo, criticaron que el Gobierno haya impedido a activistas de la Isla viajar a Ginebra para asistir al EPU.
Entre los que no pudieron viajar estuvo Juan Antonio Madrazo Luna, líder del opositor Comité Ciudadanos por la Integración Racial (CIR).
Varios países pidieron a La Habana que extienda una invitación permanente y sin restricciones a los relatores de la ONU sobre libertades fundamentales y derechos humanos, y que permita a estos visitar los lugares que deseen, incluidas las prisiones.
Otra recomendación mencionada por distintas delegaciones estuvo relacionada con la pertinencia de crear una institución nacional de derechos humanos independiente, acorde con los principios de París.