Por: Ramón Antonio Veras.
En todo el curso de la historia de la humanidad, la lucha desarrollada por las clases sociales, al igual que la de los pueblos, tiene su significado y contenido; por tal razón hay que conocer su esencia y causa generadora.
Las acciones ejecutadas por las masas populares en determinados períodos pueden servir como fuente de inspiración para la realización de reclamos políticos, económicos y sociales, así como para enarbolar justas reivindicaciones y demandar la vigencia de libertades y derechos conculcados.
En este escrito procuro destacar el significativo valor histórico del Primero de Mayo, fecha que debe ser debidamente conocida, en su componente clasista, por la clase obrera nacional e internacional de cada país.
El Primero de Mayo comenzó a tener trascendencia histórica desde el instante que el movimiento obrero le imprimió sello de clase con la sangre desarrollada por los Mártires de Chicago.
¿Cuál es la historia real y el valor del Primero de Mayo, y su vinculación con la clase obrera? La explicación es la siguiente:
En octubre de 1884, la convención anual de las organizaciones obreras norteamericanas decidió aprobar como plan de lucha la implantación de la jornada de ocho horas de trabajo a partir del 1 de mayo de 1886, para hacer desaparecer las extenuantes jornadas de 14 y 16 horas diarias, a las que eran sometidos los trabajadores y las trabajadoras. En esta fecha estallaron numerosas huelgas, y en Chicago 40 mil obreros abandonaron sus labores.
El día 4 de mayo, en la misma ciudad de Chicago, fuerzas policiales trataron de disolver por la fuerza una manifestación dando muerte e hiriendo a una gran cantidad de manifestantes; en esa oportunidad, provocadores pagados por los patronos hicieron estallar una bomba. Numerosas personas vinculadas al movimiento obrero fueron detenidas; el predicador metodista Samuel Fielden y el periodista Michael Schwab, condenados a prisión perpetua; otros cuatro resultaron condenados a la horca y ejecutados. La revisión del proceso llevada a cabo años después, demostró la inocencia de esas personas, y se comprobó la provocación de los policías y patronos.
En la historia del movimiento obrero se recuerda a las víctimas como los “Mártires de Chicago”. En homenaje a los obreros norteamericanos, el Congreso Internacional Obrero y Socialista de París, reunido en 1889, fijó el 1 de mayo de 1890, como fecha para una demostración obrera internacional, la cual se llevó a cabo en muchos países.
Tengo la dicha de, en compañía de compañeras y compañeros, amigas y amigos identificados con la causa de la clase obrera nacional e internacional, haber participado en muchas de las manifestaciones, concentraciones y asambleas de carácter unitario, festivo, masivo y sentido combativo a la gloriosa fecha del Primero de Mayo.
Hoy como ayer, desde lo más profundo de mi corazón, me sale el deseo, la inspiración de decir: Viva el Primero de Mayo. Viva la clase obrera internacional. Gloria eterna a los Mártires de Chicago.