Los altos precios, la baja producción láctea, la alta demanda exterior y un mercado inflexible están dejando a los supermercados franceses sin mantequilla, producto estrella en cualquier cocina gala.
El precio de la mantequilla en Francia subió en agosto un 60%, a 6,7 euros el kilo, según el organismo francés responsable de monitorear el precio de los alimentos. Es la última escalada de precios que sufre el derivado lácteo, tanto en Francia, como en el mercado internacional.
En los mercados internacionales, la mantequilla ha visto como en un año el precio de la tonelada ha pasado de 2.500 euros a 7.000 euros, siendo el nivel más alto detectado por la Comisión Europea desde que comenzó a recopilar datos en el 2000.
Según la prensa gala, el país vive la situación más crítica desde la Segunda Guerra Mundial.
Algunas regiones de Francia como Bretaña y Normandía se habrían visto más afectadas por el desabastecimiento de mantequilla. Las alarmas se han encendido porque la escasez afecta a buena parte de la cocina francesa, en especial a la repostería, y a los famosos cruasanes y pains au chocolat.
No solo está afectando al consumo privado, también a pastelerías y panaderías, que se están viendo obligadas a elevar el precio de sus artículos para soportar el impacto en el gasto.
Y algunas fábricas de hojaldre y otro tipo de bollería han parado parte de su producción, a la espera de que la situación mejore.
El repunte estratosférico de los precios de la mantequilla hay que buscarlo en el crecimiento de la demanda internacional.