El miembro del Comité Político del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Félix Jiménez –Felucho-, declaró que era de conocimiento de esa organización que las obras que ejecutaba Odebrecht en el país estaban sobrevaloradas; que los US$92 “milloncitos” de los que se hablan entregó la empresa en sobornos a funcionarios del Gobierno es lo de menos en la trama de corruptos que existe.
“Estoy seguro de que ha habido compañeros nuestros que han metido la mano, yo creo que es verdad que ha habido sobrevaluaciones de obras, y soy de los que cree que los US$92 milloncitos en sobornos es lo de menos. Yo digo que debería haber una auditoría técnica y financiera de todos estos elevados, la autovía del coral y de muchas más obras que se hicieron, que efectivamente tienen partidas que costaron, entre comillas, el doble o el triple de su verdadero costo”, aseguró el peledeísta.
Jiménez dijo estar “totalmente convencido” de que todo el trigo no es limpio dentro del PLD (en referencia a sus compañeros de partido).
Ser peledeista no es sinónimo de honestidad
“Ser peledeísta no es sinónimo de ser honesto. Eso no es así, eso no es verdad. Una vez Franklin Almeyda dijo que habían dos grupos en el país: los corruptos y los peledeístas; pues eso fue Franklin, yo no pienso igual, el peledeismo no es sinónimo de honestidad”, afirmó Felucho.
Para describir lo que pasa dentro del PLD, el político trajo a colación una popular frase del fallecido expresidente dominicano Joaquín Balaguer de que “la corrupción se detenía en la puerta de su despacho”, dejando saber que éste reconocía que algunos de sus ministros estaban ligados a actos ilícitos.
“Al día de hoy no se sabe cuáles eran esos ministros de los que hablaba Balaguer, porque no eran como los funcionarios de hoy. Era gente que nadaba y sabía guardar ropas, eran funcionarios que salían de su ejercicio público y no exhibían lo que se habían llevado, no exhibían sus riquezas. El problema ahora es que de un tiempo para acá hay unos estúpidos, unos jororcones, y turpenes (en referencia a los políticos), que no solo roban, sino que se siente felices y realizados exhibiendo lo que roban, me refiero a los que han ocupado cargos en las últimas décadas”.