PUERTO STANLEY, 8 de abril.— Autoridades y habitantes de las Islas Malvinas saben que la bonanza económica de su pequeño archipiélago es prácticamente un hecho, y es que la explotación de su yacimiento petrolero Sea Lion, que inicia en 2017, podría dejar una derrama económica de hasta diez mil 500 millones de dólares.
Para comprobar el entusiasmo popular no es necesario atender explicaciones de los expertos en el tema: basta con entablar una plática sencilla con un ama de casa, los taxistas o algún joven nacido en la isla para que expliquen todo acerca de la situación energética de ese territorio.
“La economía de mi país nunca fue mala, pero creo con la exportación del petróleo en 2017 las cosas irán mucho mejor; creo que podríamos convertirnos de una pequeña comunidad a algo mucho mayor e inesperado”, afirmó Kyle Biggs, de 26 años.
Ubicado 200 kilómetros al norte de estas islas, en su territorio marítimo, el yacimiento Sea Lion fue descubierto en 2010 por Rockhopper, empresa británica de exploración petrolera que sólo trabaja en las Islas Falkland (como las llaman los británicos), de ahí que fuera bautizado con el nombre de una de las especies de pingüinos que habitan en la zona.
Una vez que se advirtió del potencial comercial del hallazgo, la pequeña firma de exploración buscó un socio: “esta compañía no tenía los recursos para seguir con la exploración puesto que el costo del desarrollo representa varios millones de dólares así que buscaron a Premier Oil, una compañía británica mucho más grande”, explicó en entrevista con Excélsior Stephen Luxton, director del Departamento de Recursos Minerales de las islas.
De acuerdo con Luxton, dentro de cuatro años este yacimiento producirá hasta 70 mil barriles de petróleo por día, durante un periodo de aproximadamente 25 años.
Si bien esa cifra no resulta tan elevada como la cantidad productiva de la paraestatal mexicana (3.6 millones de barriles por día), al contrastar la extensión territorial de las islas, seis mil 353 kilómetros, y el número de habitantes, dos mil 932 personas hasta 2012, las ganancias ya no resultan tan menores.
Sin embargo, Sea Lion, que por cierto es el nombre de una de las especies anfibias, la morsa, que abundan en estas tierras, no es la única apuesta en cuanto al desarrollo petrolero de ese país, debido a que cuatro empresas británicas y las multinacionales Novel Energy, de Estados Unidos, y Edison, de Italia, están llevando a cabo exploraciones en cinco pozos petroleros en las aguas sureñas de la región.
“El sur es un área poco explorada, pero hay cinco pozos que se están examinando (…) no podemos especular respecto a éstos, pero hay muy buenas probabilidades de encontrar petróleo en esos sitios, digamos que si en áreas nuevas la probabilidades de tener éxito son de uno entre diez, aquí tenemos cuatro de diez”, comentó Luxton.
De tener los resultados esperados, se calcula que se podrían explotar cerca de ocho mil millones de barriles en aquella zona.
Lo que el gobierno planea hacer con el dinero
Aunque las autoridades se han negado a detallar qué ingresos se estima recibir a partir del cobro de regalías e impuestos a las empresas privadas que exploten este recurso natural, es bien sabido que los beneficios económicos serán por demás extraordinarios, los cuales serán sólo aprovechados por el gobierno y la gente de las islas.
Luxton explicó que el régimen fiscal de su gobierno es altamente competitivo y alienta a las empresas privadas a llevar a cabo negocios en la isla, pero siempre procurando que el mayor beneficio sea para el gobierno a través de regalías e impuestos que cobra por la explotación de los recursos naturales de la tierra.
“El petróleo es un recurso que pertenece a nuestra gente, en eso estamos muy claros, así que tenemos que desarrollar esta industria de la mejor manera que le convenga a los isleños”, dijo Luxton en las oficinas del departamento que dirige.
Haciendo gala de su herencia británica y una cultura de ordenamiento y prevención, el gobierno autónomo de las Islas Falkland insiste en que el principal objetivo de estos ingresos será asegurar la economía del territorio y sus habitantes, quienes hasta ahora han dependido en gran medida de las licencias de pesca que otorga el gobierno a empresas de todo el mundo.
“Depende de nosotros invertir sabiamente estos recursos (…) hemos observado el modelo noruego con su Fondo Petrolero Gubernamental y planeamos llevar a cabo algo muy similar aquí, lo que significa que podríamos ver beneficios tanto a corto como a largo plazo”, afirmó Luxton.
También hizo notar que se tiene previsto llevar a cabo varios proyectos de infraestructura para la isla como la ampliación del aeropuerto y otras vías de transportación.
Por supuesto que un desarrollo económico del tamaño que se tiene planeado puede traer consigo varios cambios sociales y políticos. De entrada, por ejemplo, el gobierno de las islas podría solventar el costo de su defensa militar que hasta el momento proporciona Gran Bretaña.
Por otra parte, es posible que el ingreso de personas para residir o trabajar en la industria del petróleo sufra un aumento desproporcionado, lo que supondría un cambio dramático para la pequeña y ordenada sociedad. Ante la pregunta sobre si existe algún tipo de prevención en caso de que la isla experimente un fenómeno como éste, Jan Cheek, miembro de la Asamblea Legislativa de las Islas Falkland aseguró a este rotativo que no hay tal.
“Ya tenemos un proceso de selección bastante específico con las personas que solicitan una licencia de trabajo o de vivienda, por ejemplo, consultamos expedientes criminales, pero no tenemos otro tipo de barreras migratorias”, aseveró.
El también legislador Roger Edwards, aseguró que la única política migratoria que tienen obedece a la expansión económica de la isla: mientras la economía se expande, el trabajo se expande y damos la bienvenida a personas que desean aplicar a esos trabajos, mientras no haya trabajo no tiene sentido que ingresen más personas”.
Sin embargo, esta visión tan relajada podría no coincidir con los deseos de miles de isleños que desean permanecer como una población pacífica y limitada en número.
De esto parece no preocuparse demasiado Dick Sawle, otro de los miembros de la asamblea, que aseguró que las Islas Falkland ya han tenido una experiencia similar con la industria pesquera: “tenemos cerca de dos mil empleados en el mar por las pescaderías y en la temporada alta podemos tener hasta tres mil. Todos ellos entran y salen de la isla y así estamos acostumbrados”, aseguró aExcélsior.
Petróleo ¿el objetivo real de la disputa?
Analistas políticos se han aventurado a señalar que el renovado y creciente interés del gobierno de Argentina por negociar la soberanía de las islas con Gran Bretaña obedece al brillante panorama económico que parece delinearse a partir del descubrimiento de este yacimiento.
Al respecto, la administración de la presidenta Cristina Fernández argumenta que la soberanía de las islas es un reclamo histórico y legítimo sobre un territorio que le corresponde al país sudamericano.
Cabe recordar que hasta el día de hoy el gobierno de Reino Unido se ha negado a llevar a cabo dichas negociaciones bajo el argumento de que mientras los habitantes de las Falkland deseen que el archipiélago permanezcan como Territorio Británico de Ultramar, así será.