Este e-mail va dirigido como mucho respeto a los compañeros Ing. Miguel Vargas y al Ing. Hipólito Mejía, pero sus correos lo rebotaron, por lo que agradezco a mis amables electores que por favor se los reenvíen a ellos o en su defecto a sus dirigentes políticos de confianza para su conocimiento y fines pertinentes.
El próximo año se cumplirá una década que el Partido Revolucionario Dominicano, perdió las elecciones del año 2004, razones por las cuales fue desalojado del gobierno, y por ende, irradiado de las estructuras de poder del estado dominicano.
El último gran líder del partido blanco, fue el carismático y extraordinario líder popular el Dr. José Francisco Peña Gómez, quien cuando le llegó la hora suprema, la cita que nadie puede eludir, la muerte, la cual no tiene atenuantes, ni alternativas, nos dejo la maquinaria política más extraordinaria construida desde la reinstauración de la democracia dominicana en el año 1963.
¡José Francisco, cumplió con su misión histórica!
A tres lustros de su infausto y nunca bien llorado deceso, esa formidable locomotora política, vive una crisis interna de gran envergadura, que amenaza no solo con la pignoración de sus bases, sino, con una división que ponga en peligro las posibilidades reales de triunfo en las elecciones del año 2016.
Los militantes y dirigentes del partido, ya están dando muestras de agobio, por esta lucha intestina entre dos hombres, que de manera feroz, se enfrentan por la supremacía interna del partido, en una lucha carente de componentes ideológicos y programáticos.
Estos acontecimientos a lo interno del PRD, nos obligan a reflexionar como ciudadanos comprometidos con la democracia, que se hace impostergable una legislación con rango constitucional que regule, armonice los intereses internos de los partidos, los cuales si bien es cierto, se dan un liderazgo y una dirección política, la lucha por el poder de sus estructuras crea un nudo gordiano, y se pierden las capacidades para el manejo de las contradicciones.
El hombre que construyó la maquinaria partidaria más extraordinaria en la historia de la humanidad, el extraordinario líder chino Mao Tse Tung, nos legó el libro “Las contradicciones”, en el que se establece la ley de las contradicciones en todas las estructuras sociales, como elemento filosófico fundamental para comprender su universalidad e importancia metafísica y dialéctica para que de su choque brote la luz, en el sendero obligatorio del entendimiento humano.
Establece en esta joya de libro escrito entre el año 1937 y 1957, cuando aun no se manifestaban las serias discrepancias entre el Partido Comunista Chino y la mayoría de los restantes partidos del movimiento comunista internacional, y que dio como resultado la escisión del gran movimiento revolucionario. En la pág. 17 de la edición Grijalbo, publicada en México-Barcelona en el año 1974, establece: “Los cambios en la naturaleza se deben principalmente al desarrollo de las contradicciones internas en la naturaleza. Los cambios en la sociedad se deben principalmente al desarrollo de las contradicciones internas en la sociedad, es decir,… la contradicción entre las clases y entre lo nuevo y lo viejo. Es el desarrollo de esas contradicciones lo que impulsa a la sociedad hacia adelante y provoca el reemplazo de la vieja sociedad por un nueva.”
Los partidos políticos son el reflejo de las sociedades en las cuales se desarrollan, se hacen viejos, necesitan renovación y se hace necesario que se cuente con el arbitraje para reordenar las fuerzas internas, y como decía, con sabiduría extraordinaria Peña Gómez, preservar lo mejor de lo viejo y lo mejor de lo nuevo. No como dijo, el nuevo Secretario de Organización del PRD, que a los viejos robles y figuras señeras en la existencia y construcción del partido, segregarlos, retirarlos y mandarlos para la casa, eso es anti político en esta y cualquier circunstancias, yo me pregunto: ¿Qué partido político en cualquier latitud del universo no quisiera tener entre sus activos al Dr. Hugo Tolentino Dipp, Dra. Milagros Ortiz Bosch, Ing. Ramón Alburquerque, Dr. José Rafael Abinader, Dr. Tirso Mejía Ricard, Dr. Amaury Justo Duarte, Lic. Vicente Sánchez Baret, Dr. Rafael Suverbi Bonilla, y otros dirigentes históricos del PRD?
Se hace necesario gerencial la crisis que estremece las entrañas del partido blanco, que tantas páginas heroicas en la construcción de la vida democrática del país, ha dejado impresa en su más de siete décadas de existencia política.
Nos dice, Francisco Cumplido, en El Estatuto Jurídico de los Partidos Políticos: “La existencia de partidos políticos institucionalizados asegura que sean instrumentos eficientes para lograr una genuina representación de los intereses en conflicto, a condición de que, como personas jurídicas de derecho público, tengan una democracia interna, un financiamientos público y transparente, y la explicita adhesión irrestricta a los derechos humanos y a las bases del sistema democrático. “
Por estas razones, me permito felicitar a los compañeros Eligio Jaquez, Guido Gómez Mazara y Tony Peña Guaba, quienes hacen esfuerzos ingentes para lograr conciliar los intereses que separan a los sectores en pugna, espero que lo racional se imponga por encima de lo absurdo, que las partes se aboquen al respeto que se le debe profesar a la familia perredeista, que es la gran mayoría del pueblo político dominicano, y tiene el derecho después de una década perdida regresar al poder, para cumplir con los sueños y anhelos de la sociedad dominicana.