Ciudad del Vaticano. El papa Francisco afirmó hoy que la ciencia “tiene límites que respetar” por el bien de la propia humanidad y que no todo es “aceptable éticamente”, en una audiencia con los asistentes a una conferencia sobre medicina regenerativa.
Sus palabras precisamente se producen tras la muerte hoy del pequeño Alfie Evans, el bebé británico de 23 años con una enfermedad cerebral degenerativa irreversible que fue desconectado el lunes de las máquinas que le mantenían con vida.
Una desconexión aprobada por la justicia de su país y a la que sus padres, apoyados públicamente por el pontífice, se oponían.
El pontífice recibió a los participantes de la conferencia internacional sobre medicina regenerativa convocada en el Vaticano y ante ellos defendió la ciencia como “un medio potente para comprender mejor tanto la naturaleza como la salud humana”.
En este sentido dijo que “nuestro conocimiento progresa con la ciencia aumentando los medios y las tecnologías más sofisticadas que permiten no solo mirar la estructura más íntima de los organismos vivos, entre ellos el hombre, sino también intervenir en ellos”
La capacidad de la ciencia para intervenir en un modo “profundo y preciso” en los seres vivos permite, recordó, “incluso modificar nuestro ADN”.
Por ello defendió que “es fundamental aumentar nuestra conciencia sobre la responsabilidad ética hacia la humanidad y el medioambiente en el que habitamos”.