Por Milton Olivo
Cuando miramos al pasado, la historia nos muestra que los partidos políticos tienen fecha de caducidad. Que así como los organismos vivos están formados por células vivas, las células de los partidos son los individuos.
De esa misma manera, así como todos los organismos nacen, crecen, se multiplican y mueren. Igualmente ocurre con los partidos; nacen, crecen, se dividen y mueren o desaparecen.
Como –mucha veces- en las personas, la muerte de los partidos, es un proceso lento, de pudrición sociológica progresiva, en que se van desgatando, reduciendo su caudal de votos, hasta su desaparición.
Los recursos de la Junta Central Electoral, se han convertido en una especie de cuidado intensivo, para prolongar la vida de lo que debe desaparecer, al perder su razón de existir.
Porque provoca que grupos sin escrúpulos, y sin ningún interés en ninguna causa nacional, se aferren a darle vida, con el objetivo de lucrarse de los fondos de los contribuyentes vía la JCE.
Son organizaciones, disfuncionales, en la práctica inexistente, que solo sirven como escalera para que un grupo de arribistas y ambiciosos, sin compromiso real con la magna causa de la patria, treparse para lucrase al tren de la administración pública, mediante alianzas de oportunidad. Lo quedo reflejado en la asociación de malhechores de todos los partidos, que genero la aprobación del contrato con la Barrick Gold,
Cuáles son los síntomas; ausencia de democracia interna, de debate, de participación social, de institucionalidad; cuando vemos esos síntomas, son los que anuncian los partidos que están en vía de desaparición. Partidos donde los jóvenes no tienen nada que buscar, salvo que lo usen y luego lo ignoren.
Y la verdad es que salvo el partido que está en el poder, precisamente por estar en el poder, veremos cuando pase a la oposición, casi todos los demás partidos tradicionales, están recorriendo el sendero de su mortandad histórica, y ciertamente vemos que también han perdido el norte que le dio razón de existencia, o ya es una etapa superada.
Por eso, asumir la misión histórica de conquistar el poder; para erradicar la corrupción, rescatar la autoridad del estado, no contra el pueblo, sino contra todo poder local o extranjero que atente contra las leyes, instaurando la dictadura de la Ley, reforestar nuestras cuencas hidrografías y reforestar todo nuestro territorio y proponiéndonos convertir nuestra patria en el país más poderoso de Centroamérica y el Caribe, invirtiendo en educación, en financiamientos y en expansión de nuestras exportaciones, es una razón de ser trascendente con visión de futuro, que da peso histórico al nacimiento del Partido Quisqueya Potencia, -PQP-.