Mucho se ha hablado sobre las “novias del Califato Islámico”, pero poco se conoce del verdadero papel que desempeña el séquito de mujeres “yihadistas” que juraron lealtad al Estado Islámico. A diferencia de los muyahidines extranjeros que se fueron solos a hacer la yihad a Chechenia, Afganistán o Pakistán, la cercanía de Siria, el fácil acceso a los lindes del “Califato” a través de la frontera turco-siria, y, en especial, la anunciada bienvenida de Abu Baker Al Bagdadi a todos los musulmanes que quieran formar parte de su “Estado” Islámico, ha llevado a muchos yihadistas a traerse a la familia. También ha permitido a jóvenes occidentales enamoradas de combatientes del ISIS poder viajar a Siria para casarse con su amado.
Y aunque el papel que en principio la organización prevé para la mujer sea de mera consorte restringida al hogar. Hay tres excepciones que les permiten tener un rol fuera de la casa: si son llamadas a una yihad con fines defensivos porque no hay suficientes hombres para luchar, para estudiar ciencias religiosas, y para trabajar como médicos o maestras, pero solo cuando sea necesario. “Hasta ahora las mujeres del Califato no han tenido un rol combatiente, aunque muchas de ellas han recibido entrenamiento de armas cuando se unieron al grupo con la idea de que deberían ser capaces de defenderse cuando sus maridos están ausentes”, señala a El Confidencial Hasan Hasan, experto en yihadismo. La consecuencia es clara: a medida que el ISIS se queda sin recursos, las mujeres cobran un papel cada vez más activo en los frentes, incluyendo el de combatientes.
El grupo terrorista no sólo atrajo a decenas de miles de yihadistas de todo el mundo para unirse a sus filas en Siria e Irak, sino también a mujeres y adolescentes extranjeras, lo que ha “cambiado la dinámica del yihadismo para convertirlo en un asunto de familia”, explica Hasan. “Al Bagdadi ha basado su proyecto yihadista en la creación de un verdadero estado, por ello es tan importante la constitución del núcleo familiar. Desde el principio, el ISIS ha alentado a sus combatientes a traerse a sus familias o a formar una nueva”, insiste Hasan.
La Brigada Al-Khansaa (la policía femenina del ISIS), encargada de hacer cumplir las estrictas normas morales para las mujeres, destaca este ideal familiar ultra-religioso en su manifiesto. “El papel fundamental de la mujer, aquél para el que la naturaleza y la bondad divina la han dotado, no es otro que el de la maternidad y debe desarrollarse en el seno del hogar”, se resume en el dpcumento publicado el 23 de enero de 2015 bajo el título “Las mujeres en el Estado Islámico: manifiesto y estudio de caso”. Según el texto, la mujer alcanza la plenitud de la vida a los 15 años para convertirse en “esposa y madre de posibles mártires por la causa de la yihad”.
Sin embargo, la gran ofensiva iraquí contra Mosul o la batalla de las Fuerzas Democráticas Sirias, aliados de EEUU, en Al Raqqa, ha reestructurado el papel de las mujeres del Estado Islámico y “han empezando a defender la ciudad de Mosul y Raqqa”, asegura a El Confidencial Tim Ramadan, alias de un activista de Al Raqqa. “El ISIS está desesperado, necesita más combatientes . No para de preguntar a las mujeres que se unan a ellos en la batalla”, explica Ramadan en una conversación de Facebook. “Antes no era así. Solo existía la brigada Al Khansaa (la policía femenina) pero desde que comenzó la batalla en Mosul han empezado a pedir a todas las mujeres que luchen”, indica.