El ministro de Educación saliente, Antonio Peña Mirabal, informó ayer que el año escolar 2020-2021 será en la modalidad semipresencial, con secciones divididas en dos grupos para garantizar el distanciamiento social.
Durante un encuentro con Roberto Fulcar, quien habrá de sucederle en el cargo a partir del próximo 16 de agosto, el funcionario explicó que en una primera propuesta, la institución tiene pautado que en cada aula se impartan clases con no más de 20 estudiantes.
Indicó que a los estudiantes de las escuelas públicas se les proveerá de mascarillas quirúrgicas la primera semana de clases, pues no es sostenible distribuirlas durante todo el año escolar.
“Las mascarillas las vamos a suplir la primera semana, pero luego cada familia tendría la responsabilidad de garantizar que sus hijos las tengan; es imposible poder ofrecerlas diariamente por el costo que eso representa para el sistema educativo”, detalló.
En ese contexto dijo, además, que ya se cuenta con el respaldo del Programa de Medicamentos Esenciales y Central de Apoyo Logístico (Promese/Cal) para dotar de mascarillas y gel desinfectante a estudiantes, maestros y personal administrativo de los centros educativos.
“Estamos prestos a colaborar para hacer una transición lo más armoniosa posible, para que este año escolar inicie con los menores traumas posibles”, añadió.
Asimismo, informó la designación de una comisión para coordinar el traspaso de mando con el futuro incumbente de la entidad, Roberto Fulcar, la cual trabaja junto al Consejo Nacional de Educación en el protocolo de clases.
Fulcar hablará del plan luego
Tras finalizar la reunión, Roberto Fulcar dijo que por ahora se limitará a hacer sugerencias, ya que de momento, a la actual administración le compete tomar cualquier decisión. “Nuestro equipo tiene un plan, pero nosotros preferimos comunicarlo oportunamente, después que definamos y verifiquemos cuál es el estado de la situación en este momento del Ministerio, porque el plan que vamos a implementar está también relacionado con el estado que se encuentre el Ministerio”.
Dijo que es consciente que el país tiene muchos retos en materia educativa comenzado con la exclusión de muchos niños de los niveles sociales económicos más deprimidos.
“El primer problema a resolver es la exclusión, el segundo es la calidad, y el país va a tener educación de calidad, lo pueden asegurar: a partir del 16 de agosto la educación cambia”, aseguró el ministro de Educación designado.
Colegios abogan por diálogo
De su lado, el presidente de la Asociación de Instituciones Educativas Privadas (AINEP), Anton Tejada, llamó a las nuevas autoridades a abrir un espacio de diálogo con los actores, públicos y privados, para unificar criterios y metas en común, a propósito de la crisis sanitaria que vive el país a causa del coronavirus.
“La crisis que vivimos a causa de la pandemia del covid-19 nos proporciona el escenario idóneo para de una manera clara y escueta, y sin ánimos de criticar las iniciativas de ninguna institución gubernamental o privada, aceptemos que el modelo educativo actual no le provee al estudiante las competencias y habilidades que le permitan impulsar su desarrollo social, ético y económico a favor de la nación”, dijo Tejada.
Señala que un perfecto ejemplo de la dinámica ineficaz del Estado es la incertidumbre creada por la falta de dirección sobre los posibles escenarios y protocolos que guiarán el regreso a clases en agosto de 2020. “Las instituciones privadas y sus comunidades educativas pedimos con un alto sentido de urgencia una estrategia consensuada con el MINERD y Salud Pública que nos permita organizar los planteles e informar a nuestras comunidades educativas con suficiente antelación.
EDUCA ofrece apoyo a las nuevas autoridades
El presidente de Acción Empresarial por la Educación (EDUCA) dijo ayer que el nombramiento de Roberto Fulcar como ministro de Educación es una excelente señal de parte del gobierno electo al escoger a una persona con amplia experiencia y conocimiento del sistema educativo, y al mismo tiempo con las credenciales para hacer frente a los retos actuales. Samuel Conde dijo que a los desafíos ya conocidos para traducir los esfuerzos económicos que viene haciendo la sociedad dominicana en mejores aprendizajes de sus estudiantes, se suma la dificultad que significa intentarlo en un contexto determinado por la plena vigencia de los protocolos de seguridad relacionados con la presencia de la COVID-19.